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“Llamé a Xavi porque la estábamos cagando, luego el Madrid ganó títulos”... por LUIS MARTÍN

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Iker Casillas (Móstoles, Madrid, 1981) almuerza en el mismo salón del hotel donde lo hizo el 11 de julio del 2010. Son las 14.20 de la tarde en Johanesburgo y aparece en la recepción acompañado de dos miembros del equipo de seguridad de la selección española que le acompañan hasta el recibidor del gimnasio del hotel, lugar escogido por Paloma Antoranz, responsable de prensa del equipo, para realizar la única entrevista que concedió ayer. Horas después, tras una rueda de prensa compartida con Iniesta, Iker Casillas llegó al Soccer City y al pisar el césped no pudo evitar una mirada hacia la portería donde evitó un par de goles de Robben en la final del Mundial. Y la tribuna donde levantó la copa que la selección española defenderá el próximo verano en Brasil. Al capitán de la selección le han pasado muchas cosas desde aquel 11 de julio de 2010 y no de todas habla con comodidad el día que regresa al lugar donde tocó el cielo.

Pregunta. Dos días antes de jugar la final del Mundial declaró a este diario, esperanzado, que a veces los sueños se hacen realidad. ¿Tiene la sensación de que a usted se le han cumplido todos los sueños?

Respuesta. No, todos no, se me han hecho realidad incluso los sueños que nunca tuve. Ni soñando más, ni más horas, iba a soñar que mi vida iba a ser esta, jugar en el Madrid, dando títulos al club en el que crecí desde pequeñito, y en la selección, consiguiendo títulos por vez primera. Cualquiera quisiera lo que he conseguido.

P. ¿Con lo bueno y lo malo?

R. Con todo, siempre hay momentos buenos, malos, muy buenos y muy malos. Pero en 15 años lo bueno supera lo malo con creces, lo malo es poquísimo y por llamarlo malo. Yo les llamaría obstáculos que hay que saltar...

P. Y en esos momentos, ¿en quién se refugia?

R. En uno mismo, buscas la manera de superarte, y sirve para pensar que cuando estás mejor y todo va bien no lo valorabas suficiente. Forma parte de la enseñanza, de la superación de las personas y del deportista. Y eso es lo bueno, que siempre lo puedes hacer mejor, porque sabes que siempre va a llegar uno que lo hace mejor, que superará lo que tú has hecho como tú puedes superarte. Vendrá uno que batirá a Bolt, a Nadal... Porque el deportista tiene esa ambición. ¡Quién iba a pensar que Messi y Cristiano superarían los goles que marcaban Raúl o Rivaldo hace doce temporadas...!

P. Usted lleva 153 partidos en la selección, ¿es superable?

R. Ya lo creo. ¿Cuántos llevan Ramos, Fàbregas? ¡Y Busquets! Por supuesto que me superarán. Si les respetan las lesiones, seguro, no tengo ninguna duda.

P. Busquets fue capitán el pasado sábado, Ramos está en todas. ¿Serán los líderes de este equipo cuando no estén usted o Xavi?

R. Lo tienen todo, han asumido el poso de este equipo. ¿Se acuerda de los palos a Busi? Está llamado a ser un líder natural de este grupo porque tiene el poso de la selección, como Ramos, que es un tipo de carácter.

P. En Sudáfrica, cuando veía a Ramos, Piqué, Puyol y Capdevila por delante, ¿se sentía intocable?

R. A ratos pensaba que no podía haber una defensa más completa. Lo tenía todo: fuerza, velocidad, talento, responsabilidad, coraje, ilusión, experiencia... Para mí era la defensa perfecta.

P. ¿Qué parte de culpa tuvo Del Bosque en el éxito de hace tres años?

R. No lo tuvo fácil, ahora parece que sí, pero nos ganó Suiza y había que estar ahí. Veníamos de lograr la Eurocopa y, aunque era una selección que no había ganado nada en un Mundial, llegaba con la etiqueta de favoritísimo, que diría Pellegrini. Y va y en el primer partido contra Suiza pierdes. Es como si se te cae el castillo de naipes. Y otra vez a empezar, a ser fiel, a no cambiar pese a las presiones que recibió. Ese partido, el de Suiza, se jugó de cojones; ese y el de Alemania fueron los mejores, pero venga palos... Solo tuvimos mala suerte y ardió todo.

P. ¿El peor fue el de Paraguay?

R. Siempre nos han costado los sudamericanos, porque corren y pelean. Nos complicaron mucho las cosas. Lo sacamos adelante sufriendo, pero nadie dijo que ganar un Mundial fuera fácil, ¿no?

P. Después de perder con Suiza, pilló hasta su novia, Sara Carbonero, periodista de Tele 5 presente en el Mundial. ¿Cómo lo vivió?

R. Como lo que eran, tonterías, absurdeces para llenar periódicos, gilipolleces. No lo entendía, ni yo ni nadie, pero ya sabe, amarillismo. No, no me afectó, ni a mejor ni a peor. La gente de alrededor lo pasó peor que nosotros, los hay que te quieren y sufren por ti. Con Sara espero un hijo y me ha dado tranquilidad, responsabilidad... No sé, de los 26 a los 31 cambias más que de los 20 a los 25. Y yo he crecido a su lado.

P. ¿La imagen que guarda del Mundial es la del beso a Sara tras el partido?

R. ¡No, hombre, es el gol de Iniesta! Y lo que viene después, inolvidable: la felicidad absoluta cuando pita el árbitro, el abrazo con Puyi, con todo el equipo, la entrega del trofeo, la rúa por Madrid... Eso es insuperable.

P. ¿Cómo vivió el gol desde la portería contraria?

R. Lo que da más rabia es que he perdido el recuerdo personal, que era muy nítido y al final te lo borra el vídeo, la imagen de la tele. Tengo presentes las sensaciones, el estar pensando: “Quien marca gana, no hay vuelta de hoja”. Sabía que cualquier tontería sería decisiva. Fue una jugada rápida y pensaba que no iba a llevar a nada, porque estábamos súper descolocados. Los seis de atrás pensábamos en guardar la posición, en que no nos metieran un gol. “Que lo peleen los cuatro de adelante”, pensábamos. Cuando veo que la pelota le cae a Andrés pienso: “¡Ahora!” Pero recuerdo que la de Villa la vi más clara, veía el gol y lo sacó el defensa de Holanda. Yo vi más claro el de Villa que el de Andrés, porque cuando veo el remate pienso que se puede ir arriba, fuera, sacarla el portero... De hecho, la toca... Suelo mirar al línea para confirmar que es gol y cuando le vi correr, supe que éramos campeones, no podíamos ser tan torpes como para que se nos escapara, aunque quedaran cuatro minutos. Ni quedándonos con ocho se nos escapaba el partido.

P. ¿Qué recuerdo guarda del Mundial?

R. El de cincuenta y tantos días juntos. No es fácil convivir 23 personas y llevarnos tan bien, porque el hastío de un día tras otro pasa factura. La verdad es que nos ayudó mucho Internet, porque veías que la gente estaba como loca. Y al final, durante un mes te quedas con la sensación de que España se puso una camiseta y estuvo feliz. La gente estaba orgullosa de ser española.

P. ¿Tiene la sensación de haber ganado el partido con la parada a Robben en el minuto 60? ¿Es su mejor parada?

R. No, ni es la mejor ni gané el partido, pero cuando le vi venir supe que podía evitar el gol, lo tuve claro, que la paraba o iba fuera. Me sigo emocionando.

P. ¿Lo ha pasado peor antes de un partido que aquel día?

R. Aquel día estaba nervioso, pero... ¡El día de Honduras estábamos cagados! Un error nos mataba y no podíamos fallar, no había otra oportunidad, no podíamos esperar otros cuatro años.

P. Habla del ambiente de la selección. Usted salvó ese ambiente con una llamada a Xavi...

R. No, yo no salvé nada. Llamé a Xavi porque era mi deber y mi responsabilidad como capitán de la selección, porque vi que era lo que tenía que hacer, porque nos estábamos equivocando tres pueblos. Porque represento a un país y defiendo una idea. Hablamos para reconducir lo que estaba pasando porque la estábamos cagando. Yo no había visto desde que era niño la imagen de un Barça-Madrid como la que estábamos dando y yo estaba allí, era protagonista de un error imperdonable, parte y responsable de lo que estaba pasando. Y como no lo concebía y era protagonista, tomé una decisión.

P. ¿Le pasó factura?

R. No, para nada.

P. En Madrid se da por hecho que sí, que por eso no juega. ¿No lo ve así?

R. No, no... Yo lo que sé es que mi conciencia está muy tranquila. Mire, lo que tengo claro es que al Madrid, como equipo, no le pasó factura y yo siempre pienso en el equipo antes que en mí. Desde aquella llamada a Xavi ganamos una Copa, una Liga fantástica, una Supercopa, una Eurocopa con España...

P. Pero su rol ha cambiado, no juega.

R. No juego por una decisión técnica, lo he dicho cien veces. Y estamos aquí para hablar de la selección. Cómo les gusta buscar puyitas.

P. Para nada, pero usted ha sufrido, lo ha dicho antes en otras entrevistas.

R. Y seguiré sufriendo y disfrutando.

P. Pues no sabe cómo le respetan a usted en Barcelona...

R. La portería del Barcelona está muy bien cubierta por Víctor y seguirá estando cuando se vaya. Ha tomado una decisión honesta, coherente y valiente, muy respetable. Seguro que el Barcelona le encuentra un buen recambio.

P. Usted llegó a Brasil siendo suplente, el equipo le arropó y fue titular. ¿Cómo lo recuerda?

R. Con agradecimiento al míster. No eran momentos fáciles y me apoyó. La mejor manera que pude corresponder fue con ganas de hacer las cosas lo mejor posible, que es lo que voy a hacer hasta que no tome la decisión de dejar la selección, de que no vengo más...

P. ¿Después de Brasil 2014 tal vez?

R. La tomaré yo, sí, a no ser que caigamos en la primera en Brasil, fracasemos y nos matéis a todos, al míster, a mí...

P. ¿A esta selección se le puede colgar la etiqueta de un fracaso?

R. Se ha ganado el derecho a fracasar. Bueno, yo lo que veo en la calle es agradecimiento eterno. Veinte de cada veinte personas está agradecida por lo que le hemos dado. Hay mucha gente que te confiesa la pena de que su padre o su abuelo no haya vivido esto.

P. ¿Se ve titular en Brasil si no lo es en el Madrid?

R. ¡Pues anda que no queda nada para llegar a Brasil! Nadie sabe lo que va a pasar mañana, hay que vivir el momento, el de hace tres años fue maravilloso, espectacular, no solo en la selección, en el Real Madrid. No sé lo que va a pasar mañana, ojalá esta pregunta me la haga dentro de un año y el Madrid haya conseguido Liga, Copa y Champions. Y España, otro Mundial.


Suecia aguarda al impredecible Ibra... por LADISLAO J. MOÑINO

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El delantero tiene una cuenta pendiente tras perder su duelo con Cristiano en la ida


“En el Mundial de Corea era muy joven, al de Alemania fui lesionado y a Sudáfrica no fuimos. Como capitán sería un orgullo estar en Brasil, donde se reunirán los mejores jugadores del mundo”, reflexionaba ayer Zlatan Ibrahimovic. El capitán sueco, de 32 años, que está ante la posibilidad de disputar seguramente su último Mundial, fue utilizado en la web de su federación como reclamo para encender a los 50.000 aficionados que llenarán hoy (20.45, Teledeporte) el moderno estadio de Solna. “Es muy importante jugar este partido en casa, necesitamos la ayuda de nuestros aficionados”, dijo el jugador en el que están puestas las esperanzas suecas de remontar el 1-0 logrado por Portugal en la ida con un cabezazo de Cristiano.

Desde el sábado, el seleccionador sueco, Erik Hamren, trabaja en cómo lograr que su gran estrella participe más en el juego de lo que lo hizo en Lisboa. Sus estadísticas en la ida de la repesca fueron fuente de críticas para un sector importante de la prensa sueca y también para los aficionados, que en foros y redes sociales mostraron su decepción con el capitán. Ni una sola jugada en el área lusa, un solo remate y 15 balones perdidos reflejaron su pobre actuación. Frenado por Bruno Alves y Pepe, Ibra tocó más el balón en el área de Suecia que en la de Portugal. Realizó cinco despejes de cabeza en las innumerables jugadas que bajó a defender.

La prensa sueca daba ayer por seguro que Hamren repetirá el mismo once de Lisboa y que la solución para que el delantero del PSG pueda brillar en zonas de peligro estará en una presión más alta. El nombre del veterano centrocampista Svensson (37 años), más ofensivo que el criticado Elm, se ha escuchado durante los últimos días como la pieza que podría mantener conectado al partido a Ibra. Sin embargo, Hamren probó ayer con el once de la ida y su discurso en la rueda de prensa no apuntó a un paso adelante desde la alineación. El técnico sueco interpreta que, de inicio y con un gol de ventaja, el partido está donde quiere Portugal. Piensa que una descarga ofensiva a la ligera destapará los espacios para que Cristiano explote su voracidad goleadora al contragolpe. “El que piense en un ataque a la desesperada desde el inicio no es realista. Tenemos que tener balance defensivo y ofensivo, defender igual que en Lisboa, pero atacar mejor. No necesitamos marcar un gol pronto, hemos sido fuertes en los minutos finales de muchos partidos y si llegamos con 0-0 aún podremos hacer un gol”, analizó Hamren.

En Suecia ven a Ibrahimovic como un jugador impredecible. Desde hace un par de años le reconocen como un futbolista más maduro y menos problemático, pero sus altibajos cuando juega para el equipo nacional siguen generando desconcierto. Después de asegurar antes de la ida que se encontraba en el “mejor momento” de su carrera, salió claramente perdedor de su duelo particular con Cristiano.

El goleador portugués, que el domingo por la noche fue recibido por una orquesta al son de la canción de la popular serie Pippi Calzaslargas, es la otra gran obsesión de Hamren. Por si la defensa no es suficiente para pararlo, en Suecia esperan que sea el frío el que lo paralice. El estadio tiene un techo retráctil que, salvo que la FIFA diga lo contrario, no será desplegado para que los cero grados que se esperan hagan mella en los portugueses.

Códigos éticos de geometría variable... por RUBEN URIA

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En las últimas horas, parte del periodismo deportivo se ha echado al monte para criticar, abiertamente, la decisión de la RFEF de disputar un amistoso en Guinea Ecuatorial. A Vicente Del Bosque, empleado de la federación y experto en el arte de la diplomacia, le tocó el marrón de dar la cara para el prójimo se la partiera. El seleccionador tuvo que lidiar con varias preguntas incómodas y fue escudo humano de su superior directo, que decidió no responder ninguna pregunta sobre el asunto. Simplemente, porque puede. Lleva ahí, en su cargo, sólo nueve años menos que el dictador Obiang en el suyo. A España se le exigió que no contribuyese a la causa de un régimen que desdeña los derechos humanos, eludir una fotografía con el dictador. Lo opuesto a lo que hizo, durante su mandato en 2006, el entonces presidente Rodríguez Zapatero, que recibió a Obiang y posó junto a él para los fotógrafos. La oposición también accedió a recibir al dictador. Cinco años antes, en 2001, José María Aznar también le recibió en La Moncloa, entre apretones de manos, sonrisas cómplices y un rosario de fotografías. ¿Había que pedir a los futbolistas que fueran más valientes que los políticos? En aras del código ético, por lo visto, sí.

¿Y por casa, cómo andamos? Ahí, en tierra de nadie, en el limbo de la denuncia periodística, tienen montado su ático de ética Madrid, Barça y Atleti, patrocinados por países donde sobra dinero, pero faltan derechos humanos. El Madrid no se siente incómodo recibiendo una fortuna de un país que entiende a la mujer como animal de compañía y a los homosexuales como enfermos. Miren al Barça, que ha desplazado a Unicef a la parte del culo para lucir en el pecho el logo de un país que entiende a la mujer como un electrodoméstico. O al Atlético, con Azerbayán, tierra del fuego, si se trata de quemar derechos humanos a lo bonzo. Pregunten en  Amnistía Internacional. O en Reporteros sin Fronteras. ¿El código ético? Entre el honor y el dinero, lo segundo es lo primero.

Hay más. La Fiscalía solicita cuatro años de prisión para Pérez Caminero, Director Deportivo del Atlético, por presunto blanqueo de dinero. Hoy, según Marca, el club se plantea renovarle el contrato. Que no se escuche ninguna voz crítica, que nadie cuestione cómo es posible que, aún aplicando la presunción de inocencia, aún sin estar condenado, pueda ser admisible pensar en renovar a un directivo en esa delicada situación judicial. Que nadie se pregunte cómo es posible que el único dirigente condenado por haber estafado a su propio club siga todavía en el cargo. Y que dos tipos, uno condenado y otro prescrito, sigan ahí, en su cargo, aspirando a perpetuarse en el sillón, con la intención de batir el récord del honrado Villar y del democrático Obiang. ¿Y el código ético? Sólo se escucha silencio.

Casemiro, una apuesta decidida... por ANTONIO ROMERO

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La lesión de Khedira se ha convertido en la peor noticia para Ancelotti  desde que llegó al banquillo del Real Madrid. El técnico italiano había encontrado el supuesto equilibrio con el alemán como escudero de Alonso y Modric en el medio, con el 4-3-3 como el esquema más lógigo teniendo en cuenta que los tres de arriba son intocables (por méritos propios). La lesión del teutón abre una interrogante en el futuro más próximo del equipo, aunque todas las papeletas apuntan, al menos de inicio, al brasileño Casemiro.

Aunque el club se ha gastado este verano 75 millones de euros en dos centrocampistas de calidad como Illarramendi e Isco, parece que el carioca es el mejor colocado para saltar al once titular porque Ancelotti lo ve como el más parecido a Khedira en la plantilla. El chaval hizo un pretemporada perfecta, pero ha estado desaparecido en combate en estos tres meses de competición sin que se sepan exactamente los motivos. Dicen los que ven los entrenamientos que Casemiro está aun buen nivel, que a pesar de no contar no se ha hecho perezoso en el trabajo diario y que está preparado para aprovechar la oportunidad de su vida. Y la oportunidad le ha llegado.

Cuando hace prácticamente un año Ramón Martínez- y no Mourinho por mucho que se empeñe- se fijó en él y le hizo una ofertA, Casemiro ya había jugado partidos muy importantes en Brasil con el Sao Paulo. Su progresión en la liga brasileña se cortó ligeramente porque el éxito le llegó demasiado joven y ,probablemente, inmaduro. Pero hay que ser muy bueno para ser mediocentro titular en las categorías inferiores de la selección brasileña. Y Casemiro es muy bueno.

Si la apuesta de Ancelotti es decidida y no un remiendo habrá que ser pacientes con el chaval y darle 10 partidos seguidos para que coja ritmo y se acostumbre a su nuevo rol en el equipo. La paciencia en el Madrid es una utopía, pero la lesión de Khedira hace que las circunstancias sean especiales y merecen trato especial. El Madrid no va a fichar a nadie, entre otras cosas porque el mercado no ofrece a estas alturas nada que mejore lo que tiene esta plantilla, y los inventos tipo Gravesen, Pablo García o Essien suenan  a broma pesada. Por eso si realmente en el club piensan que Casemiro es la mejor opción, que lo demuestren dándole continuidad y confianza. Al menos la misma que le han dado a Khedira hasta el momento de su lesión.

Ibrahimovic: solista perfecto, alma incorregible... por RUBEN URIA

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Pregunta: ‘¿Quién crees que pasará la eliminatoria entre Portugal y Suecia?’
Respuesta: ‘Eso sólo Dios lo sabe…’.
Pregunta: ‘Eso es muy difícil, no está aquí para poder preguntarle…’
Respuesta: ‘Estás hablando con él’. (Risas)

George Best desmintió haberse acostado con siete Miss Mundo porque, ‘en realidad, sólo fueron tres’ y dijo que, ‘de haber nacido feo, no habríais oído hablar de Pelé’. Aquel norirlandés que hizo honor a su apellido gastando un montón de dinero en coches, mujeres y alcohol, para malgastar el resto, hoy encuentra relevo en Zlatan Ibrahimovic. Su fuerte personalidad se incrusta en su potente carrocería, modelada por un amasijo de músculos, colocándose a la altura de su imponente estatura de gigante vikingo: ‘No me gusta la idea de ser el segundo o tercero. Eso para mí es ser el último. O soy el primero, o nada’. Ganador patológico, rebelde sin más causa que la primera persona del masculino singular, se define como un animal competitivo y un ser políticamente incorrecto: ‘En la vida te tienes que mantener fuerte y no dejarte pisar por nadie. Si tú me respetas, yo te respetaré a ti. Me gusta la gente que habla claro y dice las cosas como son’. Con él o contra él.

Forjado en Rosengard, un barrio de inmigrantes de Malmö, de mayoría balcánica y magrebí, Ibrahimovic tuvo que compartir lo poco que tenía con otros niños, mientras sufría la traumática separación de sus progenitores. De madre croata y padre bosnio, pasó la mayor parte de su niñez en el guetto, pegado al televisor, alternando viejos combates grabados de boxeo de su tío con sesiones interminables de películas de Bruce Lee. No comía demasiado: ‘De pequeño no pasé hambre. Pasé mucha hambre’. Solía jugar en una pista de cemento que hoy lleva su nombre. Quién se lo iba a decir a aquel chico enclenque que, dicen, era un poco crecido y solía reírse de otros alumnos en el colegio. Marcado por una infancia complicada y víctima de un carácter problemático, encontró su lugar en el mundo gracias al fútbol.

Un reportaje excelente de Guillermo G. Uzquiano, publicado en el diario As, revelaba que, por aquellos entonces, sus compañeros de equipo no recelaban de su calidad, pero sí de su forma de caminar por la vida. El capitán del equipo alegaba que era “un chico problemático”, mientras que la estrella del club, Niklas Kindvall, pensaba que era “tremendamente egoísta”. Él, orgulloso de su alto concepto de sí mismo, confesaba: ‘Sé que soy difícil, pero el fútbol debe ser divertido. Si no lo es, no vale la pena jugar’. Con 18 primaveras recién cumplidas, Leo Beenhacker quedó impresionado por su talento y decidió reclutarlo para el Ajax, que pagó casi 9 millones de euros de la época para fichar a un chico del que se esperaba fuera el nuevo Marco Van Basten. Con 12 años había entrado en el Malmö, con 14 tenía talento para robar bicicletas, con 15 pensaba dejar el fútbol para trabajar en los muelles, con 16 pegó el estirón, con 18 debutaba en el primer equipo y con 18, el Ajax pagaba por él un traspaso récord. Había nacido una estrella.

Un año antes de firmar por el club holandés, Ibra recibió una oferta importante del Arsenal inglés, porque Arsene Wenger quería que fuera el delantero centro de su nuevo proyecto. Ibra la rechazó de plano. ‘Querían hacerme una prueba. Wenger quería ver si era realmente bueno, qué tipo de jugador era, que pasara una prueba y yo no me lo podía creer. Pensé, o me conocen o no me conocen. Y si no me conocen, es que realmente no me quieren’. Dicho y hecho. Su respuesta a Wenger fue contundente: ‘Le dije que de ninguna manera Zlatan pasaba una prueba’. Ni falta que hizo, porque en Holanda la rompió después de hacer realidad su primer capricho, comprarse un flamante deportivo, un Lamborghini Diablo de color lila. Muy pronto acabaría por captar la atención de los ojeadores de los grandes de Italia. Nómada del gol, Zlatan es el jugador que más dinero ha movido en traspasos en toda la historia del fútbol. Primero fue traspasado del Malmö al Ajax, para después fichar por Juventus, Inter, Barça, Milan y PSG, equipos que le han colocado en un escalafón inalcanzable dentro de la industria: sus fichajes han movido casi 200 millones de euros. Una mina de oro para la cuenta corriente del sueco. Y para Mino Raiola, su agente, otro carácter, que llegó a recomendar a Cruyff y Guardiola su ingreso en un psiquiátrico. El mismo Raiola que anunció que Ibra tenía un 99% de posibilidades de cumplir su contrato en el Inter, antes de irse al Barça. El mismo que, antes de hacerse oficial la mudanza a París, llegó a decir a los medios de comunicación que su pupilo estaba “tan cerca del PSG como Estados Unidos de China”. Ibra tiene un representante acorde a su modo de ser. Ahora bien, tampoco le hace falta. Él es un extraordinario relaciones públicas de sí mismo: ‘Soy el mejor jugador del mundo. Me siento así, lo creo’. Y él se lo cree. A pies juntillas.

Hoy, a sus 31 años, se ha consagrado como uno de los artistas más reconocibles del fútbol mundial. Dicen sus fiscales que falla en los partidos grandes, que si está desmotivado, desaparece. Es posible, pero cuando está en trance, cuando está inspirado, está a la altura del mejor. Su patrimonio, indiscutible, consiste en una creciente colección de goles imposibles, casi cósmicos, que compite codo con codo con el museo particular de genios como Dennis Bergkamp, Marco Van Basten o Diego Maradona. Su primera obra de arte, que le puso en el mapa futbolístico mundial, fue en un Ajax-Breda, donde se fue de cinco jugadores, amagó hasta en cuatro ocasiones y acabó empujando a puerta vacía después de mandar al portero al piso. El locutor fue explícito en su narración del tanto: ‘Maradona…Zidane…Ibrahimovic’. Luego llegó aquel taconazo inverosímil a Italia, en la Eurocopa de 2004, que le encumbró a la categoría de crack absoluto. La puso en la escuadra de Buffon, que llegó a declarar ‘jamás pensé que vería un gol así’. Más tarde aquel libre directo teledirigido, de efecto brutal, que incrustó, a 124 kilómetros por hora, en la portería del Palermo, defendiendo la camiseta del Inter. En el vecino y rival del Inter, el Milán, firmaría otro sputnik de más de 110 km/h ante el Brescia. En París, su último destino, ha desplegado lo más granado de su repertorio: gol espectacular ante el Marsella, repóquer de maravillas ante el Anderlecht en Champions y no hace demasiado tiempo, ante Inglaterra, añadió una chilena prodigiosa, desde 25 metros, con un remate acrobático que superó a Joe Hart y acabó reventando el índice de descargas de vídeo en el canal de Youtube. Él tiene una explicación a todo: ‘Soy igual que el vino, mejoro con los años’. De taco, de potente disparo, de falta directa, de volea, de cabeza, tras un eslálom imposible o con una maniobra sólo al alcance de los elegidos. Ibra es una factoría de goles.

Contradictorio, capaz de defender una cosa y la contraria tiempo después si no recibe el trato que cree merecer, es un carisma andante. Nada más aterrizar en la Ligue-1, espetó: 'No conozco ningún jugador de la Liga Francesa, pero todos ellos saben quién soy yo'. Estrella absoluta, ídolo de masas y flamante delantero centro del millonario proyecto parisino, cuentan que protagonizó uno de los episodios más famosos de su peculiar carrera cuando buscaba casa en La Ciudad de la Luz. No acaba de encontrar una vivienda a su gusto, así que decidió pensar en voz alta: 'Busco apartamento en París, pero si no encuentro ninguno, al final acabaré comprándome el hotel'. No hablaba en balde. Con su escandaloso sueldo anual, podría permitírselo. Cobra 14 millones de euros al año, 12 fijos y 2 en concepto de bonus. Suficiente para irritar al Elíseo y para que Valérie Fourneyron, la Ministra de Deportes francesa, pusiera el grito en el cielo por su ese fastuoso contrato. Afortunadamente para los huéspedes del hotel donde se alojaba, Ibrahimovic logró encontrar casa y no cumplió su amenaza.

Ibra siempre fue un talento precoz en cuanto a la originalidad de sus respuestas y a su sentido del sarcasmo en las entrevistas. Militando en el Malmö, antes de convertirse en una estrella mundial, dejó estupefactos a los presentes en un diálogo con un periodista que le preguntó qué le iba a regalar a su prometida con motivo de su aniversario. Se encogió de hombros, esbozó una sonrisa picarona y contestó: ‘¿Qué le voy a regalar? Nada’. A continuación, remató en plancha, señalándose el pecho: ‘Ya tiene a Zlatan’. No pudo reprimir la sonrisa. Más allá de su indiscutible tirón entre el sexo femenino y de su enorme popularidad por su indiscutible talento sobre el césped, Ibra tiene un excelente concepto de sí mismo. A falta de haber leído las memorias de Stendhal, se siente feliz de ser como es y se tiene en alta estima. Egotista convencido, suele hablar de sí mismo en tercera persona. Ejemplos: ‘Un Zlatan lesionado es algo muy serio para cualquier equipo’. ‘Lo que quiere Zlatan es marcar más goles’ o ‘Zlatan es feliz cuando el público grita Zlatan’. Su ausencia de modestia, casi siempre, linda con la arrogancia. ¿Por qué? Simplemente, según él, porque puede. ‘Si me hubiese dedicado al taekwondo, habría ganado medallas olímpicas, pero me dedico al fútbol y soy el mejor jugador del mundo’.

Ibra nunca rehúye el cuerpo a cuerpo. Es más, cuando entra en combustión, lo necesita. Sólo así se entiende su peculiar división del mundo: o estás con él, o estás contra él. Sin medias tintas. Su relación de amor y odio con Guardiola pasará a la historia como uno de los episodios más relevantes de la hemeroteca futbolística. En apenas unos meses de convivencia en el Barcelona, Ibra pasó del amor más puro y limpio [‘el Barça es el mejor del mundo’ / ‘Aquí con Pep seré el mejor y creceré’ / ‘Guardiola habla de cara siempre’ / ‘Pepe dialoga claro, tiene mentalidad de ganador, como la mía’] a un odio indescriptible [‘El Barça es un equipo mediocre’ / ‘Mi problema fue un hombre, el filósofo’ / ‘El filósofo, no va de cara, pasa por las habitaciones y ni me mira a la cara’/ ‘No tienes huevos, te cagas con Mou, vete al infierno’]. Según Ibra, el pecado de Pep consistió en ‘comprarse un Ferrari para dirigirlo como un Fiat’. Arrebatos de princesa herida, pasó de una admiración confesa a un odio extremo. Tampoco ha sido santo de su devoción Arrigo Sacchi, aquel zapatero prodigioso que revolucionó el fútbol, que en un programa de televisión tras un Milan-Auxerre. Sacchi comentó que el sueco no habría marcado uno de los goles de no haber calzado un número 47. Ese comentario inocente desencadenó la furia de Ibra: ‘Habla mucho. Que venga y me lo diga a la cara, habla demasiado en TV’. Sacchi trató templar gaitas, alegando que había expresado una opinión, con educación y sin ánimo de ofender. Ibra fue lapidario: ‘Si no te gusta como juego, no mires los partidos’. Básicamente: zapatero, a tus zapatos.

En otra dimensión, propia del amor a primera conversación, se ubica su relación con Carlo Ancelotti, y por supuesto, su empatía con José Mourinho, acaso su alma gemela. Luso y sueco comparten actividad: coleccionan trofeos y conflictos, solucionando problemas al mismo tiempo que los crean. Directos, imprevisibles y viscerales. No dejan indiferente a nadie. Dos gotas de agua que se resumen en tres frases de Ibra. La primera es una definición: ‘Mou llega, gana y se va’. La segunda, un guiño: ‘Ahora entiendo a Mou cuando viene al Camp Nou’. Y la tercera, una anécdota deliciosa: ‘Cuando abandoné el Inter, Mou me preguntó si me iba para ganar la Champions. Le contesté que sí y me replicó: pues lo siento, nosotros la traeremos a casa”. Mourinho no se equivocó.

De Messi, al que siempre exculpó de todo desencuentro en Barcelona, dijo que el Balón de Oro ‘debería llevar su nombre’, de Falcao insinuó que no entiende que use seudónimo para inspirar miedo [‘¿El tigre? A mí, para tenerme miedo, sólo hace falta verme jugar’] y de Balotelli, otro príncipe de la extravagancia, llegó a decir que ‘está bien que se compare conmigo, porque yo no me comparo con él’. El peor parado fue Stephane Henchoz, al que ridiculizó en el campo y retrató así ante la opinión pública: ‘Primero fui a la izquierda, él también fue. Ahí fui a la derecha, y él también. Después me fui a la izquierda de nuevo, y ahí él se fue a comprar un perro caliente’. Menos condescendiente fue con los jugadores de la selección de Islas Feroe, después de un triunfo sueco. ‘Nunca me he enfrentado a un equipo que llore tanto. Cero puntos en el grupo y quejándose todo el partido. Céntrate en saltar, jugar y quizá logres un punto’. Definitivamente, no vino al fútbol para hacer amigos.

Ego, luego existo, no está dispuesto a variar un solo centímetro de su discurso. Explosivo, directo, sin pelos en la lengua, presume de ser enemigo de la hipocresía. Prefiere que le etiqueten como alguien políticamente incorrecto. Maradona necesitaba que le necesitaran, Ibra necesita estar enfadado con el mundo. Su confesión: ‘Me tengo que enfadar para jugar bien, necesito decir palabrotas y ser maleducado para hacer goles’. Bingo. Nunca ha querido ganar un concurso de popularidad. En noviembre de 2001 su autobiografía fue un éxito de ventas sin precedentes. Vendió 100.000 ejemplares en su primera edición y varias librerías recibieron más de 10.000 pedidos por adelantado, cifra superior a las registradas por los libros de Harry Potter en Suecia. En 2004, un grupo musical le dedicó un hit, Zlatan, que se convirtió en la banda sonora de su selección durante la Eurocopa de Portugal, en la que su país no tuvo una actuación destacada, pero en la que él se inmortalizó después de un gol de tacón a Italia. Otro grupo musical, JJ, puso en su último álbum un tema en el que la música se mezcla con las siempre polémicas declaraciones de Ibra, en italiano, dedicadas a los periodistas. Sus frases, lapidarias, son el título del álbum: Voi parlate, io gioco. [‘Vosotros habláis, yo juego’].

Y es que, a pesar de tener buenos amigos periodistas, Ibra mantiene una intensa relación de amor y odio con los reporteros. A raíz de una fotografía junto a Gerard Piqué que revolucionó las redes sociales y dio pábulo a diferentes rumores infundados sobre su orientación sexual, fue cuestionado a propósito por una reportera de Telecinco. El sueco, harto de una foto fuera de contexto, casado y con hijos, replicó: ‘Vente con tu hermana a mi casa y verás si soy maricón’. Hay más. Tras ser expulsado por proferir todo tipo de insultos a un asistente arbitral en un partido con el Milán, destiló amabilidad hacia un cámara de televisión que hacía su trabajo a ras de césped: ‘Ahora vas y miras la repetición’ le gritó amenazante, para después sacar su vertiente más pedagógica al advertirle ‘entonces podrás comprobar que también puedo insultar a cámara lenta’. Más sorprendido debió quedarse un periodista después de un partido decidió preguntar al crack por unos arañazos en la cara, quizá heridas de guerra del partido. El sueco se acercó al micrófono y respondió: ‘Pregúntale a tu mujer’.

Su sentido del humor siempre ha sido muy particular. Antes de un entrenamiento, llegó a decirle a un periodista que la sesión empezaría ‘sólo cuando lo diga yo’. Tampoco le faltó guasa cuando le preguntaron, estando en el Ajax, si era el mejor jugador del campeonato. Zlatan devolvió la pregunta: ‘¿Conoces otro mejor?’. Eso sí, a veces, interpretar su sentido del humor resulta peligroso. Quizá por aquello de su pasión por el taekwondo (cinturón negro con apenas 17 años), siempre ha tenido costumbre de soltar demasiado la pierna. La televisión alucinó cuando, en pleno entreno de la selección, Ibra regaló una cariñosa patada en el costado a Wilhelmsson. Simple anécdota al lado de la que lanzó, en el Milán, a su compañero Strasser, durante un entrenamiento, por la espalda y sin venir a cuento. Otro que recibió cariños en forma de patada de Kung-Fu fue otro compañero, Cassano, en mitad de una entrevista a pie de campo. ¿Sentido del humor? Eso debió pensar Gattuso cuando Ibra festejó un gol del equipo premiándole con un pequeño puñetazo en la mandíbula. [¿Bien hecho, toma?] Con Onyewu, por cierto, otro colega de equipo, la cosa fue más seria y llegaron a las manos. Ahí no se reía nadie. Ahora en París, otro de sus compañeros, Lucas Moura, brasileño del PSG, remarca el carácter poliédrico del sueco. ‘Es un poco arrogante y se queja mucho’, al tiempo que desvela una de las manías de Ibrahimovic: ‘Cuando grita, se le entiende en cualquier idioma’. Todo un políglota.

El hombre más célebre de Suecia, como tantas otras leyendas y personajes públicos, no siempre fue profeta en su tierra. Su estatus de ídolo vikingo ha pasado diferentes etapas de desamor. Primero, por su conflicto abierto y público con el seleccionador Lars Lagerback, que decidió reprobarle y multarle por llegar tarde a la concentración. Ibrahimovic contestó renunciando a jugar con Suecia. Su cólera duró seis meses. Más tarde, en vísperas del Mundial de Sudáfrica y toda vez que había firmado por el Barça, anunció que volvía a dejar en la estacada a Suecia, renegando de participar en partidos amistosos. El motivo, según él, “falta de motivación”, porque jugar “implicaba un sacrificio que desgastaba en exceso”. Hoy, el solista más inclasificable, busca billete para la Copa del Mundo. Héroe y villano, ídolo y díscolo, artista y egotista. Su ego extiende cheques que sólo sus goles pueden pagar, pero siempre regresa para reclamar el centro de la escena. ‘Soy tan perfecto que me hace gracia’. Así es el tipo que, tirando de ironía, es capaz de decirle a un periodista que está manteniendo una conversación con Dios. Un solista perfecto con alma incorregible.

Khedira, Makelele…currantes imprescindibles... por CARLOS VANACLOCHA

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No es habitual que un entrenador medite cambiar su táctica por un lesionado, salvo que el damnificado fuese Messi o Cristiano Ronaldo (y ni con Messi en el dique seco el Barça va a retocar su dibujo).  Pero si Carlo Ancelotti confiesa a los medios que a lo mejor cambia de sistema por Khedira, ‘tuercebotas’ en España y pánzer venerado en Alemania, quizá los periodistas nos equivocamos en algo. Extraña que haya futbolistas amados por todos sus técnicos y odiados por la opinión pública. Mourinho, Ancelotti y Joachim Löw algo sabrán de fútbol si no conciben alineaciones sin Khedira; sin embargo, nuestras mentes aviesas, las de quienes escribimos, no contemplan jugadores que vistan de blanco y les cueste mil horrores hacer un quiebro o controlar un balón: estéticamente chirría, claro que si el barómetro lo pone un tal Zidane…

No hace mucho tiempo que el Madrid se dio cuenta de la importancia de Claude Makelele. Ninguneado por su club durante el apogeo galáctico, la prensa que valoraba su ‘trabajo sucio’ se contaba con los dedos de una mano. Recuerdo durante un Bayern-Madrid de Champions League retransmitido por TVE que Míchel, comentarista entonces, se dedicó todo el partido a ensalzar la labor del escudero de Zizou. “Cubre cualquier palmo del césped y se dejaba los pulmones para aliviar a Hierro y Helguera”, dijo en reiteradas ocasiones la leyenda merengue. No le faltaba razón porque en aquel Madrid de Del Bosque hacían falta currantes para que Zidane, Ronaldo y Figo brillaran; su fútbol de alto copete tenía un trabajo duro entre bambalinas, un making of del que Makelele era el protagonista absoluto. Entonces se hablaba de una clase media que aguantaba a la galáctica, y el francés estaba por encima de todos. Su gran inconveniente es que jugaba con compañeros que copaban las portadas según fuera más exagerado el ‘Picasso’ que se inventaba cada uno en el campo. Al final de la temporada 2002/03 Makelele se sintió imprescindible, de verás que lo era, y en consecuencia, pidió un aumento salarial merecidísimo en los despachos. Sin embargo, no era una estrella, sino un obrero más, por mucho que Del Bosque insistiera en su trascendencia.

Khedira es de esos figurantes que arranca aplausos con cualquier sibaritismo, pero enerva a la grada si mantiene el balón más de un segundo en sus pies. Se le fichó del Stuttgart para cortocircuitar jugadas rivales, requisito imprescindible en la filosofía mourinhista de jugar y ganar sin tocar demasiado la pelota. Así empezó hasta que se destapó como un curioso ‘llegador’. En España nos sorprendió una faceta que le era muy natural en la Mannschaft. De hecho, Franz Beckenbauer dijo  una vez que “si Khedira tuviese las aptitudes de Schweinsteiger con balón, Alemania tendría al mejor centrocampista de toda su historia”. Suena exagerado, y más cuando Khedira alimenta el runrún de la prensa cada vez que el Madrid anuncia una alineación, pero si a Carletto se le ha desarbolado su ‘árbol de navidad’ (título de su último libro), quizá Khedira no sea tan paquete. No tanto como para que Florentino rechace una oferta del United por cuarenta millones redondos alegando que es “imprescindible” (ésa fue la palabra exacta). Un detalle sí ha captado el alemán: el Bernabeu agradece gente que ponga huevos, pelee y se tiré al suelo como obsesos por el balón. Khedira es uno de ellos. El Madrid le echará de menos, lo dice su entrenador. 

Reprimir los instintos... por MÓNICA PLANAS

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El viernes la llegada de la selección española al aeropuerto de Malabo fue retransmitida por un vídeo de Cuatro con un punto de vista humorístico. El problema es que más que reírse con los guineanos, se reían de ellos. Es ese espíritu del vencedor que llega al tercer mundo con aires de superioridad y los autóctonos les parecen graciosos. "Curiosos varios reprimiendo sus instintos", fue la frase para definir a los aficionados que jaleaban a los jugadores en el aeropuerto. La voz en off transmitía cierta jocosidad ante la capacidad de organización o la manera de comportarse.

Al mostrar un policía en un vehículo, describían: "Ha llegado un amago de tanque con dos polis con boina y uno llegado del futuro. Sí, del futuro para protegernos. Allí está con su casco acolchado, sonorizado y ergonómico. Nada puede salir mal". Sí, es lo que tienen las dictaduras tercermundistas. Pero en Cuatro te lo cuentan con cachondeo y así parece que no hay para tanto. El sábado otro vídeo en plan guasón explicaba el ambiente de la grada hasta el punto de retransmitir con mucha gracia cómo los policías golpeaban a los aficionados con la porra: "Controlar a los fans de Sergio Ramos es imposible", decían con ironía.

Y encima, después, un vídeo absolutamente lacrimógeno para poner la guinda. Los de Deportes Cuatro visitaron un orfanato acompañados de Benja, el exjugador del Betis. Una voz femenina aterciopelada y música muy emotiva afirmaban, atención: "Hoy el fútbol se ha convertido en la madre de estos niños". Presentaban el partido de la selección como el único motivo de alegría que habían tenido: "Un simple partido les ha devuelto la alegría. Les ha permitido volver a cantar (…) Hay algo que les ha hecho olvidar. Que les ha devuelto la ilusión a sus ojos". ¡Qué suerte ha tenido Guinea Ecuatorial con la selección y con los de Cuatro! Polis del futuro, aficionados aporreados con gracia y niños con una madre de quita y pon. Qué arte a la hora de retratar una de las dictaduras más represoras y torturadoras del mundo. Igual los que tendrían que haber reprimido sus instintos en Guinea eran otros…

La verdad de los números... por DANIEL ARIAS

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El Barça parece un equipo que concede demasiadas ocasiones de gol, que sufre mucho en defensa y que pone demasiadas veces a prueba a Valdés. Si se da un vistazo a las estadísticas de todos los equipos de primera división, está afirmación no se podría mantener ya que está alejada de la realidad.
El Barça es el equipo que menos chutes concede en toda la primera división. Concede 9 ,4 tiros por partidos. Le sigue a poca distancia el Atlético de Madrid, con 9,8. El Madrid, el otro equipo que pelea por ganar la Liga concede 12,1. Parece, mirando los números, que tanto mérito tiene Valdés como sus compañeros en ser el equipo menos goleado. Si tenemos en cuenta toda Europa, solo hay 6 equipos que concedan menos disparos. El Bayern de Guardiola concede 8.4, siendo la Juve el mejor equipo en este aspecto con tan solo 8 chutes.

Estos números son bastante parecidos a los del Barça de Tito Vilanova. El Barça el año pasado concedía  9,1 disparos. No parece una gran diferencia. Sin embargo sí que hay diferencia, bastante grande, en lo que se refiere a chutes a puerta. Este año el Barça está disparando 17,3 veces mientras que durante el año pasado tan solo lo hacía en 13.9 ocasiones por partido.

Estos números ayudan a entender algo la evolución que está intentando hacer el Tata al equipo. Manteniendo cierto orden atrás, está dotando al equipo de más armas ofensivas para intentar hacer más daño en ataque. Lo segundo lo está consiguiendo. Lo primero está en proceso, ya que como el mismo dice hay a veces que los partidos se vuelven demasiado incontrolados.

Está por ver si logra controlarlos sin perder esa capacidad ofensiva mostrada hasta ahora. Porque ofensivamente los números de ataque están siendo superiores a los mostrados en la época de Guardiola. Teniendo como referencia el mejor año de Pep en cuanto a juego, la 2010-2011, el Barça de Pep chutaba 15.8 veces por partido  y concedía 7.4 disparos.

La diferencia entre lo que generaba y concedía es ligeramente superior en el Barça de Pep. Ese Barça controlaba mucho mejor los partidos, lo hacía a través de la posesión, sumando una media del 72,5% de posesión. Ahora el Barça del Tata está en 66,80%. Hay diferencia sí, pero es que aquel Barça a nivel de juego será muy difícil que sea alcanzado alguna vez.

El fútbol es una manta corta que siempre deja algo al descubierto. Es labor del entrenador decidir que prefiere tener cubierto en cada momento e intentar que la manta ocupe el espacio más débil de su equipo. Con todas las cosas que le  quedan por mejorar al Barça, que son muchas, hasta el momento las sensaciones parecen peores que los números.

Estos, tanto en resultados como en estadísticas indicativas del nivel de juego indican que la salud del equipo es bueno. Habrá que ver si lo suficientemente buena como para poder competir con otros equipos. Al fin y al cabo, solo se ha jugado un cuarto de la temporada. Queda mucho por analizar todavía.

No sabéis cuánto queda todavía!!!


Noviembre, antesala a la Navidad y el Balón de Oro... por ESTEBAN CARRASCO

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1- En cada año el mes de noviembre significa la antesala de un todo que adquiere cierto tono repetitivo: campañas comerciales de Navidad, las burbujas de una conocida marca de cava catalán, el anuncio del sorteo de lotería, la vuelta a casa (turrón incluido) y la efervescencia del debate sobre el Balón de Oro. Si a esto último le sumamos el último parón por selecciones nacionales, su repercusión se incrementa y convierte cualquier otro asunto en tema secundario.

2- Este año la historia la protagonizan los dos de siempre, Cristiano Ronaldo y Messi, pero se ha unido al elenco de artistas el francés Ribéry y otros dos nombres que pronto desvelarán. Los debates en torno a la figura del que debería ser justo campeón no cesan, invaden nuestros hogares, cualquier conversación callejera o incluso de empresa. Su omnipresencia es tal que todo ser humano tiene su opinión, hasta aquellos que han visto poco fútbol pero se guían por la impresión que les transmiten los teóricos candidatos en cada una de sus declaraciones.

3- Entre Messi y Cristiano Ronaldo hemos visto todo tipo de comparaciones y rivalidades creadas, seguramente, en un período similar al de la disputa de amistosos de selecciones nacionales: títulos colectivos, número de goles, influencia en los niños y hábitos de la adolescencia, compromiso solidario, afabilidad ante la prensa, impacto en las redes sociales, potencia y altura de salto, estilo de alimentación y hasta quién es más majete. Todo esto teniendo en cuenta que los dos eran los máximos aspirantes a un título más subjetivo que objetivo, menos representativo de lo que pretenden vender y, sobretodo, muy injusto por publicar una lista que engrosan jugadores de cualidades completamente diferentes. Es decir, suelen olvidarse de la presencia de porteros y defensores, otorgando más espacio en el escaparate a centrocampistas y delanteros. De ahí que debiera existir un trofeo por línea.

4- A diferencia de otros años, la terna de candidatos está más difusa que nunca, como bien ocurriera en 2010. En función del año y temporada del equipo de cada jugador, los argumentos esgrimidos varían en pos de que su favorito se haga con un ansiado balón al que, curiosamente, no podrán hacer lo que más les gusta: patearlo. Mientras tanto, responsables y colaboradores de la prensa popular se patean todos los platós de televisión y programas radiofónicos para compartir con los telespectadores y oyentes una opinión predecible que desde cerraron la puerta de casa.

5- Teniendo en cuenta los títulos logrados por cada jugador y su impacto en el desarrollo del juego de sus equipos, sería Frank Ribéry el ganador sin ningún tipo de discusión. Campeón de todo con el Bayern, su temporada fue de más a más si cabe, adjudicándose la Bundesliga, Copa de Alemania, Champions League y Supercopa de Europa, con la salvedad del traspiés en la Supercopa alemana ante el Borussia Dortmund y la crítica situación de su selección, al borde del ridículo pre-mundial. Su actuación individual fue clave y plena de destellos decisivos en todas las fases del año, rubricado con la designación como mejor jugador de la pasada Champions League.

6- Messi, por su parte, ha ido de más a menos. Volvió a alzarse con la Liga y Supercopa de España, cayendo en semifinal ante el Bayern campeón de Europa, semifinales de Copa del Rey. Individualmente consiguió ser Bota de Oro y máximo goleador doméstico. Sin embargo, las lesiones se han encariñado del argentino y, de momento, no parece que se haya cansado de él. Su relación durará unos dos meses más (quién sabe si volverá en su búsqueda o no), lo que le hace más difícil aspirar realmente a su quinto trofeo.

7- Cristiano Ronaldo, por último, es el jugador peor parado en cuanto a éxitos colectivos. Subcampeón de Liga, subcampeón de Copa del Rey, actual tercer clasificado en Liga, en plena repesca por el Mundial (recordar, como Ribéry). No obstante, es el que mejor se encuentra actualmente con unos registros estratosféricos y a punto de convertirse en máximo goleador histórico de su selección.

8- Es decir, Ronaldo se encuentra en misma situación que su compatriota Luis Figo en el año 2000, cuando el portugués salió vencedor del trofeo sin haber ganado un solo título en sus equipos, con la salvedad que fue año de Eurocopa y llegó hasta la semifinal, eliminado por una Francia de Zidane que acabaría como campeona. Además, sonado ha sido el desprecio sufrido por el presidente de la FIFA que ha motivado su rotunda negativa a asistir a la ceremonia de entrega del galardón. Reacción comprensible del de Madeira que quizá le reste posibilidades de conseguir el preciado Balón de Oro. Al menos sabe que su presidente Florentino Pérez le compensará con una prima por título individual (a falta de títulos colectivos) de 3 millones de euros en caso de ser coronado como mejor jugador del mundo 2013.

9- ¿Quién tiene mejores argumentos de los claros candidatos para ser el ganador? De momento, Ribéry. ¿Quién ganará? De momento, nadie sabe. Pero si Stanley Matthews (1956), Dennis Law (1964), Gerd Müller (1970), Kevin Keegan (1978) y Luis Figo (2000) lo conquistaron sin título en su haber, ¿por qué no repetir con Cristiano Ronaldo? Al final, todo llega y cosas más extrañas se han visto, como que lo ganara Messi en 2010 o el ganador de esta edición pueda no estar presente en el Mundial.

Busquets: ‘Las críticas al Barça son un poco desproporcionadas’

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Sergio Busquets se ha referido en Al Primer Toque a las críticas que está recibiendo el juego del Barcelona y cree que son excesivas. ‘Sabemos que no jugamos al nivel de la etapa de Guardiola, pero creo que eso va a ser imposible’.

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CRACKOVIA - Capítol 184 -18/11/13- (HD) (Especial Terròvia)... un poco de HUMOR

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En esta edición, se presenta un programa especial de terror, un mundo desconocido lleno de historias que harán pasar mucho miedo. Se verá Sergio Ramos (Jordi Rios) enfrentándose con un grupo de zombis con ganas de devorar el cerebro, y Casillas (Ivan Labanda) transformado en cazador de vampiros para salvar Sara Carbonero (Bárbara Mestanza) de las manos de un Drácula con mucho "señorío". Además, se descubrirá que Zubizarreta (Cesc Casanovas) es el producto de un experimento del doctor Sandro Rosell (Bruno Oro), y Pep Guardiola (Pep Plaza) continuará generando pesadillas a madridistas como Tomás Roncero (Cesc Casanovas).

Un árbol de Navidad sin Khedira... por JOAQUIN BROTONS

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Ahora resulta que Sami Khedira es un jugador imprescindible para el Real Madrid. Ver y oír para creer. Es posible que como escriben algunos compañeros el alemán sea el jugador más infravalorado de la actual plantilla de Florentino. Desde su llegada al club (2010) los técnicos que se han sentado en el banquillo, Mou y Ancelotti, han determinado que su participación en el equipo ha sido fundamental en el eje de la contención defensiva. Los más críticos con el trabajo del alemán no hablan de Sami en singular, lo asocian siempre a Xabi Alonso y lo sitúan como complemento perfecto del tolosarra. Se trata de un especialista, del guardaespaldas del hombre sobre el que pivota la supervivencia blanca, sin Xabi no hay futuro. Para ser más exactos no le valoran por sus condiciones técnicas, su mérito parece estar en la potencia física y su capacidad para ocupar espacios en el centro del campo. Cuando se habla de Khedira, para darle valor, hay que mencionar el recorrido que efectúa, con y sin balón, durante los partidos. Como escribía José Luis Borges “¿En qué hondonada esconderé mi alma para que no vea tu ausencia que como un sol terrible, sin ocaso, brilla definitiva y despiadada?”. Son las cosas del destino y la vida misma, tan voluble en el planeta fútbol. La ausencia te hace más imprescindible y como dice el refrán: “Quién no te valora, no te merece”.

Supongo que para el Real Madrid no le servirá de consuelo los dos millones de euros que le pagará la FIFA por la grave lesión de Khedira. El plan de protección de clubes que se puso en marcha hace ya algunos meses para monetizar estas adversidades se asemeja cada vez más a un plan de protección de testigos, porque los clubes asisten en silencio e impasibles a la ejecución de sus futbolistas. Es cierto que muchas veces las lesiones son casuales e impredecibles, pero en otros casos (lo hemos visto en Malabo) se producen con alevosía y premeditación. Según la normativa el Real Madrid podría fichar a cualquier jugador de la Liga española para suplir la ausencia de su mediocentro, en ningún caso incorporar a futbolistas de otras ligas. Para ello tendría que esperar al mercado de invierno. Ya lo ha dicho Ancelotti: "Tenemos dos alternativas. Una es cambiar de sistema y la otra es sustituir a Khedira por un jugador que tenga las mismas condiciones. En la plantilla hay jugadores que no han tenido muchos minutos, están en buena forma física y pueden entrar a jugar. Estoy pensando concretamente en Casemiro".

Cerrados ya los debates “¿Benzema o Morata?”, “¿Se tira Neymar o lo tiran?” y “¿Debe jugar Diego Costa con España?” ahora llega a nuestras pantallas de televisión, emisoras de radio, internet y papel el nuevo dilema: ¿Debe renunciar Ancelotti a su sistema o adaptarse a lo que tiene? Es sabroso el asunto porque da mucho juego y tienen muchas variantes. Me alegro de que Carlo haya puntualizado que piensa en su tocayo Carlos Henrique Casemiro, adelantándose a la especulación y la polémica. El brasileño debe ser un buen elemento que hasta ahora no ha tenido presencia, 91 minutos en tres partidos, saliendo desde el banquillo. Además debutó frente al Betis, la pasada temporada con Mourinho. Saben los que me conocen que cuando el fútbol se hace numérico y empezamos con el 1-4-4-2, el 1-4-3-3 o 4-2-3-1, se me erizan los cabellos, por no decir que se me irrita el escroto. Me gusta más la versión poética que lleva por título “Mi árbol de Navidad”, el último libro de Ancelotti donde relata sus experiencias como técnico y explica su método de trabajo. Por la cercanía de las fechas suena mejor y más entrañable que los fríos números.

Sin entrar en el debate creo que el Real Madrid tiene plantilla suficiente para que la ausencia de Khedira durante lo que resta de temporada no se convierta en un calvario para su entrenador. El tiempo nos ayudará a entender si Carlo es tan tozudo y poco flexible que prefiere mantener su idea en lugar de manejar otras variables como Di Maria, Illarramendi e incluso el desaparecido Isco. Millones y fútbol frente al libro de estrategia, con adornos y estrella coronada, que define una inversión de 520 millones de euros.

Trofeos a medida... por JAVIER SABATÉ

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Como casi todo en este mundo, el fútbol se mueve por estados de ánimo y percepciones puntuales.

Números y estadísticas se aliñan a gusto del consumidor, y las encuestas se utilizan como armas arrojadizas.

En 2009, la IFFHS determinó que el Real Madrid era el mejor club de fútbol del siglo XX. La elección se resolvió según un coeficiente de puntos obtenidos en base a las victorias y empates conseguidos en Copa de Europa (y Liga de Campeones), Copa de Ferias y Copa de la UEFA, Recopa, Copa Mitrona, Copa Latina y Supercopa de Europa. Según los parámetros establecidos, el Real Madrid acumulaba 563,50 puntos, la Juventus 466 y el F.C. Barcelona 458.

Anteriormente, en diciembre de 2000, lectores de la revista de la FIFA, FIFA World Magazine, ya habían determinado (con un 42,35% de los votos) que el Real Madrid había sido el mejor club de fútbol del siglo XX. Según esa votación, auspiciada por la FIFA, el segundo mejor club del siglo XX era el Manchester United (9,69%) y el tercero el Bayern de Munich (9,18%). El F.C. Barcelona descendía al cuarto puesto, con un 5,61% de los votos.

A bote pronto, parece incuestionable que el Real Madrid fue, efectivamente, el mejor club de fútbol del siglo XX.

Sorprende, sin embargo, las diferencias entre una clasificación establecida en base a cifras y otra en base a la percepción de los lectores de una revista.

Si nos remitimos a las votaciones según percepción subjetiva, habría que tener en cuenta que cuando en diciembre de 2000, la FIFA World Magazine concedió el título de mejor club de fútbol del siglo XX al Real Madrid, el club blanco era el vigente Campeón de Europa. El campeón de la temporada anterior, 1998-99, había sido el Manchester United y en la 1997-98 también se había proclamado campeón el Real Madrid. En la 2000-01, el Bayern de Munich conquistaría la Liga de Campeones. En esa época, el F.C. Barcelona estaba presidido por Joan Gaspart y entrenado por Llorenç Serra Ferrer.

Si nos remitimos a la fría estadística, y tenemos claro que hablamos de clubes de fútbol y no de clubes deportivos, sorprende que, por ejemplo, la Copa de Ferias tenga un coeficiente superior al de la Recopa cuando la UEFA ni siquiera reconoce oficialmente dicha competición (en cualquier caso, en ambos casos, y como gran dominador de ambas competiciones, la puntuación beneficia al F.C. Barcelona) o que no computen las competiciones nacionales.

Pero sorprende, sobre todo, que se hable del siglo XX en su conjunto, cuando la primera edición de la Copa de Europa comenzó a disputarse en la temporada 1955-56. ¿Lo que sucedió antes no cuenta?

Parece que no. Cuando en abril de 1955 la UEFA aprobó la competición impulsada por L'Équipe, sentaba las bases de lo que iba a ser una época de dominio incontestable en Europa del Real Madrid. Y no hay que ignorar que Raimundo Saporta y Santiago Bernabéu fueron los grandes valedores del editor del periódico deportivo francés, Gabriel Hanot, en esa aventura.

Entre 1948 y 1955, el F.C. Barcelona se adjudicó, Copas Martini & Rossi y Copas Duward aparte, cuatro Ligas, tres Copas de España, la Copa Latina en dos ocasiones y dos Copas Eva Duarte.

En 1950, con la llegada de Ladislao Kubala, el dominio del F.C. Barcelona era incontestable.

Ante este panorama, y apoyado por un Régimen que estaba muy por la labor, Santiago Bernabéu no dudó en perpetrar, en 1953, el escándalo Di Stéfano. Haciendo imposible la pareja Kubala - Di Stéfano, era necesario crear un escenario donde el astro argentino explotase todas sus cualidades. La Copa de Europa era el escaparate ideal.

Sesenta años después, la historia parece repetirse.

Las estadísticas se manejan según interese y los éxitos se relativizan o se sobredimensionan dependiendo de la trinchera.

Si a nivel de clubes, y con villaratos, platinatos, calendariatos y acusaciones de dóping a discreción, la paciencia de algunos ha llegado al límite, ésta se ha desbordado con el absoluto dominio, a nivel individual, de Leo Messi.

Cuatro Balones de Oro más tarde (entre otras menudencias en forma de FIFA World Player, Botas de Oro y demás) y aprovechando la lesión del mejor jugador del mundo, la campaña pro Cristiano Ronaldo ha llegado a límites demenciales. Es ahora o nunca.

Después de desprestigiar un trofeo que, según ellos, hubiese tenido que distinguir a cualquier futbolista menos a Messi, se presenta la oportunidad de cambiar argumentos y volver a considerar el Balón de Oro como lo que siempre ha sido: el reconocimiento al mejor jugador del mundo. Veremos.

Y si no, pueden volver a hacer lo que ya hicieron con la Copa de Europa: diseñar un trofeo a su medida.

Sería la oportunidad de que Cristiano Ronaldo ganase cinco consecutivos.

Cristiano es mundial... por LADISLAO J. MOÑINO

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El delantero clasifica a Portugal para Brasil con una actuación memorable con tres goles
Suecia jugó mal y fue timorata, pero llegó a soñar con el 2-1 gracias a Ibrahimovic


No perdona Cristiano Ronaldo cuando tiene tapete para recorrer. A la carrera emerge con naturalidad como el mejor delantero del mundo. Potente, veloz y certero anoche hizo enmudecer hasta por tres veces el moderno estadio de Solna, atónito ante su exhibición brutal que le dio el billete a Portugal para el Mundial de Brasil.

Tres carreras suyas al espacio libre, las temidas contras que tantas precauciones le hicieron tomar al seleccionador sueco, Erik Hamren, durante el primer tiempo certificaron la clasificación de Portugal. Fueron tres pases al hueco que el delantero madridista controló a 30 metros del área. Desde allí imprimió esas aceleraciones de velocista tan suyas y culminó con dos zurdazos contundentes y un derechazo tras sentar a Isakson. Tres goles que acabaron con las esperanzas de Suecia, demasiado timorata y calculadora durante la mayor parte del partido. Cuando se quiso destapar se encontró con lo que temía, un futbolista demoledor, seguro y letal ante la portería. El hat-trick le iguala a Pauleta como máximo goleador de la historia de Portugal con 47 y goles y de paso terminar de conquistar a un país que le exigía la misma productividad que en el Real Madrid.

Cada gol de Cristiano fue más dañino por el contexto en el que se encontraba el partido en cada uno de ellos. Sus apariciones frente a Isakson fueron estacazos que derrumbaron uno tras otro a los suecos. El primero porque obligaba a Suecia a marcar tres goles, el segundo porque apagó el volcán local que se había generado con los dos tantos de Ibrahimovic y el tercero porque ya hizo doblar la rodilla de manera definitiva a una selección que creyó poco en sí misma.

Pese a su condición de local, Hamren quiso que sus futbolistas jugaran más con el reloj que los portugueses. El plan sueco parecía ser aguantar el empate a cero y apretar en el segundo tiempo. Lo que sucedió es que la primera vez que se destapó una pradera para Cristiano, este no perdonó. Fue un gol natural por previsible, porque el partido siempre estuvo donde quiso Paulo Bento, con Suecia temerosa de inicio y descabalgada cuando quiso abordar con más ambición una misión en la que creyó poco desde el juego. Ahí creció el partido ideal para CR. En realidad, sus tres tantos respondieron a ese guión que se podía intuir.

La ausencia de Cristiano, monarca indiscutible del fútbol mundial junto a Messi, hubiera sido una mala noticia para la competición. También para la organización por los lazos históricos que unen a Portugal con Brasil. El delantero madridista ha gobernado la eliminatoria por empeño y eficacia. Si en Lisboa trató de ganar el partido emergiendo por todo el frente de ataque e incluso acabó como delantero centro, la posición que en su club se niega a ocupar, anoche supo aguardar para correr los contragolpes.

Temerosa de esas contras que la terminaron por condenar, Suecia calculó hasta el aburrimiento en el primer tiempo. Fue aséptica, fría, sin transmitir en ningún momento de ese periodo que lo que había por medio era el billete para un Mundial. Nada fue más representativo de ese planteamiento frío que la imagen de Pepe, parado durante más de diez segundos con la pelota bajo su suela esperando que algún sueco decidiera ir a presionarle.

Hamren apostó finalmente por el mismo once de Lisboa y ordenó jugar con el freno echado, con Ibrahimovic alejado del área, más pendiente de organizar que de pisar área. No inquietó apenas a Portugal en ese primer periodo miedoso y rácano, sin nervio alguno.

Con el gol de ventaja que traía, Paulo Bento prefirió prescindir de Helder Postiga como referencia de ataque y apostar por Hugo Almeida. No quería una elaboración retórica, pero sí juego directo para estirar al equipo con el corpulento delantero del Besiktas. Suficiente para dominar el primer tiempo con balones largos y algún amago de contra.

Nada hizo Suecia en esos 45 minutos y cuando Hamren quiso hacerlo, metiendo a Svensson por el gris Elm, se topó con lo que se temía. No perdonó Cristiano ese destape. Lo castigó con contundencia, sobre todo con el gol que igualó los dos tantos de Ibrahimovic, un cabezazo y una falta directa, las dos apariciones más decisivas del sueco en 180 minutos. Todo lo contrario que Cristiano, tenaz en Lisboa y demoledor en Solna. Un superdotado, un futbolista mundial.

Del pasado no se vive... por LUIS MARTÍN

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España pierde en Sudáfrica un encuentro que comenzó entre celebraciones por el trofeo de hace tres años y que acabó con malas sensaciones en el juego y una lesión de Valdés


Llegó España a Sudáfrica con un bonito traje nuevo para dar las gracias al cariño que un día le dispensó la afición local durante el inolvidable verano del Mundial de 2010 y se marchó de Johanesburgo con una derrota y con Valdés retirado por lesión (una posible rotura del gemelo de la pierna derecha), una situación que propició una esperpéntica situación sobre el césped al haber agotado La Roja los cambios. Lesionado Valdés, tras discusiones entre amabos banquillos, cuando ya Arbeloa se había puesto la camiseta del meta azulgrana, Reina tomó su relevo. España se tomó una concesión porque sí.

Habló Xabi Alonso para agradecer todo lo recibido y se juntó el Ministro de Deportes local, Fikile Mbulala, con Iker Casillas, el capitán de España, para levantar juntos el trofeo mundialista. Sonaron otra vez las vuvuzelas, y entre la fiesta apareció Parker, delantero del Twente, para recordarle con un tanto a la selección que la vida ya no es de color rosa.

A La Roja hace tiempo que no se le adivina un partido aliviado. No es que sufriera, es que mordió el polvo donde masticó gloria. Insistió España con pocas caras nuevas y volvió a sufrir. De los 11 titulares ante los Bafana-Bafana, solo Monreal, titular en el lateral izquierdo, no vivió en Sudáfrica el éxito de hace tres años. Funciona la mercadotecnia mientras Del Bosque y los jugadores intentan ocuparse del juego.

Avisó el entrenador de la necesidad de que este equipo deje de relamerse y mire al futuro, y pareció que le atendían sus chicos, en especial Iniesta, que jugaba en casa, y Villa, que se reivindicó otra vez de estilete, referente en ataque, lanza clavada en medio del debate sobre a qué delanteros debe citar el preparador dentro de unos meses para defender título en Brasil. El 7 apareció por banda y terminó de nueve. El asturiano tuvo a su lado a Pedro, que aportó lo suyo, y al que también le anularon un gol tras picar en un desmarque marca de la casa, y a Llorente, de nueve tradicional, aunque muy disperso. El riojano, como en Guinea Ecuatorial hace unos días, volvió a desperdiciar el gol cuando tuvo oportunidad, y se olvidó de sellar pasaporte al Mundial con una buena actuación.

A esta España, que no perdía desde la visita a Wembley el 12 de noviembre de 2011, le viene bien haber recuperado el mal gesto de Alonso, al meter la pierna al rival y al reclamar tensión a los suyos, en el pase y la presión, porque por mucho que la lección esté aprendida, bueno es saber que no basta con eso, hay que plasmarlo en el papel. Ya nadie duda de que mezcla fácil con Busquets, porque juntos arman equipo, probablemente más en el césped que fuera, pero a fin de cuentas es en el terreno donde se juegan los partidos. Pero con eso no basta, y ayer se dieron de bruces con la realidad de que del pasado no hay quien viva si no se asume que nada importa más que seguir caminando.

A España puede que le falte maldad y le sobre paciencia, pero llegados a este punto el debate no implica al nueve falso sino que avisa de que falta hambre. Ya no se atragantan los amistosos, o los compromisos contra equipos que se juntan en su área con la única voluntad de no perder ante el campeón, y no vale haber salido vivos de París, porque es evidente que relamerse tumbado en un diván solo lleva a creerse mejor que nadie, no a serlo.

Resulta que terminó por claudicar España, ya con Valdés en la portería, tras el descanso, cuando los Bafana-Bafana insistieron en correr y correr, llevados por una ilusión que ya no se adivina en La Roja como hace no tanto. Parker, el mejor del partido, un incordio desde el inicio, fusiló en una contra al portero del Barcelona.

El despertador sonó anoche, allí donde una vez los españoles fueron los mejores. Si quieren volver a serlo, parece haber llegado la hora de levantarse y recordar dónde estaba el camino que les llevó tocar al cielo, justo en el escenario donde ayer doblaron las rodillas. La derrota se volvió todavía más gris con la lesión de Valdés y el esperpento de los cambios.


La pausa de Zubi... por RAMON BESA

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El capitán del 'dream team' y director deportivo desde 2010 se presenta como el guardián del estilo y de la esencia del Barça


Ahora mismo, dispersado como anda el barcelonismo, con Cruyff más cerca del Ajax que del Camp Nou, Guardiola en el Bayern y en fuera de juego como ha quedado Rijkaard, el hilo conductor futbolístico del Barça se llama Zubizarreta. El exportero internacional, capitán del dream team de Cruyff y contratado como director deportivo en 2010 por el presidente Rosell después de ser propuesto por Guardiola, se presenta como el guardián del estilo y de la esencia del FC Barcelona. Al margen de chanzas y parabienes, de opiniones encontradas, la firma de Zubizarreta tiene su valor y, por tanto, no es de extrañar que haya renovado su contrato hasta 2016, precisamente el año en que acaba el mandato de Rosell. Ya sea por su personalidad, por su capacidad para encajar, por su inteligencia para mantener la equidistancia, se le supone al tanto de todo y al mismo tiempo con la autoridad moral suficiente para no tener que dar explicaciones a nadie y ofrecerse también como saco de los golpes.

Ya discutió en su día con Cruyff, se distanció de Guardiola, no se sabe muy bien cómo quedaron sus relaciones con Begiristain y no tiene muchos amigos en la prensa, más que nada por su carácter introvertido y condición de personaje de club: no da noticias y, por otra parte, resulta esquivo y disuasorio desde el punto de vista comunicativo. Rosell no podía encontrar mejor escudo que Zubizarreta. El director deportivo es el depositario del pasado más glorioso y se ofrece también como el punto de partida para el futuro, extremo que quedó expresado en la designación de Vilanova como sustituto de Guardiola y de Martino como relevo de Tito. Al igual que Martino, Zubi es un personaje de club por excelencia y, como tal, jamás defenderá su cargo con acusaciones que comprometan a la entidad y a sus directivos. No hay más vara de medir que su obra de gobierno, una zona muy gris y discutible en un club como el del Barça, en el que hay competencia por capitalizar la victoria y nadie quiere asumir la derrota.

A Zubi se le pueden pedir explicaciones por Guardiola, Thiago, Valdés, Villa y Abidal, por no fichar a un central y también se le puede preguntar por qué renueva después de que el presidente se haya atribuido los fichajes de Neymar y Martino y de dimitir cuando se amenazó con la destitución de sus colaboradores en la secretaría técnica. Otro, en su lugar, respondería que el club rechazó su propuesta de incorporar a Özil y a Thiago Silva cuando los tenía apalabrados y puede que también recordara que durante su mandato se incorporó a Adriano, Mascherano, Cesc, Song y Alexis y, por supuesto, ha renovado Busquets y se negocia con Iniesta, Piqué, Bartra y Montoya. Zubizarreta, en cambio, ha afirmado que aspira a estar a la altura del escudo y la camiseta del Barça a partir de la responsabilidad y la excelencia. Un punto de pausa para combatir la locura colectiva, la misma que se precisa para encontrar un portero, el próximo reto del que fue un admirable guardameta.

¿Para qué sirve Zubi?, se preguntan algunos. Para parar, responden quienes le conocen y respetan.

Los hombres de negocios... por ENRIC GONZÁLEZ

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Desconfío de cualquier cosa relacionada con la Federación Internacional de Fútbol Asociación, más conocida como FIFA. Mi desconfianza incluye, por supuesto, el campeonato mundial de selecciones. No tanto por lo que ocurre en el campo, donde, como es habitual en este deporte, se ven arbitrajes grotescos y ayudas pasmosas a los equipos que deben ser ayudados (recuérdese Corea del Sur); la auténtica corrupción se encuentra lejos del balón, en las comisiones que cobran los que reparten el negocio. El anterior presidente de la FIFA, Joao Havelange, tuvo que largarse por fin tras conocerse los sobornos de ISL. El actual, Joseph Blatter, estaba tan implicado como Havelange pero tenía una ventaja: el escándalo se conoció cuando ya tenía la presidencia, y le bastó con echar a los delegados que pedían su dimisión. La concesión a Catar del Mundial 2022 es tan sólo un arabesco, una virguería chulesca. Como cuando Al Capone ordenó la matanza del día de San Valentín, la cuestión es cometer una barbaridad impune, para que se note quién manda. Bien mirado, el lema de la FIFA podría ser una frase que Capone pronunciaba con frecuencia: «Somos sólo hombres de negocios que dan al público lo que pide».

El Balón de Oro, por tanto, me interesa aún menos que antes desde que se llama FIFA-Balón de Oro. Lo que no se gana sobre el césped tiene, si hablamos de fútbol, un valor relativo. A Maradona no le hicieron falta balones de oro o de platino. Aún así, se trata de un reconocimiento público muy prestigioso. No siempre lo ganan los mejores (en 1980 no había en Europa un futbolista como Schuster y se lo dieron a Rummenigge, y en ediciones posteriores fue concedido a gente normalita como Owen y Sammer), pero el palmarés incluye lo mejor de cada casa y refleja, en ocasiones, la absoluta hegemonía de un equipo: en 1988 y 1989, los tres primeros clasificados fueron del Milan; en 2010, lo fueron del Barcelona.

¿Quién debería ganar este año? Evidentemente, no puede ser Messi. Jorge Valdano dijo el otro día una boutade: «El mejor jugador del mundo es Messi, y el segundo mejor, Messi lesionado». El argentino es, ciertamente, el mejor. Lesionado, sin embargo, es sólo un futbolista lesionado. 2013 no es su año. Por otra parte, cualquiera que contemplara la semifinal de Champions entre el Bayern y el Barcelona, de ida o de vuelta, ha de descartar de entrada a quien vista la camiseta azulgrana. No a Valdés, por cierto, que viste de otro color y me parece, ahora mismo, el portero más completo. En fin, los porteros no suelen ser tenidos en cuenta como aspirantes al Balón de Oro.

¿Ribéry? ¿Cristiano? Ribéry es la estrella del mejor equipo del momento, lo ganó todo el curso pasado y ha empezado bien esta temporada. Nunca ha obtenido el Balón de Oro, y eso debería contar. Por otra parte, en la selección francesa da tanta lástima como el resto de sus compañeros, aunque eso ya sabemos que no cuenta: Messi se llevó el premio cuando en Argentina le silbaban. Lo normal es que sea Ribéry el elegido. Cristiano ha marcado muchos goles, pero no ha ganado nada.

Admito una paradoja privada. Si pudiera escoger para mi equipo entre el Ribéry de este año y el Cristiano de este año, me quedaría con Cristiano sin ninguna duda.

ERAMOS POCOS Y PARIO “LA ROJA”... por ALBERT ARTASONA

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Tan solo 48 horas después de mostrar mi indignación con los amistosos internacionales, a causa de las lesiones de dos jugadores del Real Madrid, la mala suerte se ha cebado hoy con los culés. Tras otro esperpéntico espectáculo, digno del bombero torero, de “la roja” esta vez en Sudáfrica, Víctor Valdés ha tenido que retirarse lesionado del terreno de juego debido a un problema esperemos que muscular. Las alarmas se han encendido después de que el portero azulgrana, evidenciara muestras de dolor en su pierna derecha sin haber participado en ninguna jugada de riesgo.

Como puedo imaginar, mientras Valdés explicaba al preparador físico, que la lesión se la había producido el solo, todo seguidor azulgrana se ha tirado de los pelos hasta la saciedad maldiciendo a la selección nacional,a Vicente del Bosque y a todo lo que tenga que ver con la federación española de fútbol.

A la espera de que la lesión de Valdés quede en un simple susto, o nos adelante la aterradora experiencia que nos tocará vivir a partir del próximo mes de junio sin el guardameta de Gavà bajo los palos, de momento la larga lista de lesionados en Can Barça es ahora mismo alarmante. Alba, Xavi, Tello, Messi yCesc, son algunos de los nombres que no estan al cien por cien debido a problemas físicos, y visto el recital de patadas que recibió Neymar ante Honduras, no sería de extrañar que el carioca vuelva de sus partidos amistosos con Brasil con unas piernas de repuesto.

La única baza positiva con la que cuenta Martino, es el calendario mas que asequible que espera al Barça en las próximas jornadas. Con los deberes hechos en competición europea, un cuadro mas que benévolo en Copa del Rey, y jornadas con partidos “a priori” de bajo riesgo en Liga, las lesiones no deberían ser excusa para continuar con una racha triunfal, que a falta de buen juego, denota una confianza del equipo en si mismo de vital importancia.

Si bien Messi deberá estar en el dique seco cerca de dos meses, el resto de lesionados (a la espera de Valdés) no son de larga duración, de manera que en los próximos días podrían reaparecer varios de ellos, aunque todo apunta a que ante el Granada, Martino deberá confeccionar un once de circunstancias.

Como siempre ocurre no se debe hablar mas de la cuenta, el ejemplo mas claro es la suerte de la que me jactaba el pasado domingo después de ver como los madridistas Khedira y Xabi Alonso causaban baja tras sus compromisos internacionales,y ahora debo redimir mis pecados esperando a que las pruebas realizadas a Valdés nos sean favorables, y no nos quiten el placer de poder disfrutar de Víctor el poco tiempo que nos queda. Si se confirman los rumores sobre unas seis semanas de baja para el cancerbero azulgrana, el Barça perdería a sus dos mejores hombres para el resto del 2013.

Si en un anterior artículo, resaltaba la aparente mejoría de juego, que estaba llevando a cabo la plantilla ante las reiteradas ausencias de Messi, demostrando que sin Leo no se acaba el mundo, he de decir que la baja de Valdés me parece mucho mas difícil de subsanar, pues además de ser el jugador mas en forma de la plantilla, el hombre que debería suplirlo se encuentra a años luz del portero catalán.

!!Que Dios (que tambien está lesionado) nos pille confesados!!, gracias Villar.

Iker Casillas ya sí que se plantea su futuro lejos del Real Madrid... por José Félix Díaz

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A PARTIR DE LA PRÓXIMA TEMPORADA


Iker Casillas no logra despejar todas las incógnitas que envuelven su futuro desde la pasada temporada con José Mourinho. La llegada de Ancelotti podría llevar a pensar que todo volvía a su ser, pero el italiano ha seguido la línea marcada por el portugués. El portero madridista sigue dando vueltas a la situación. Descarta su salida inmediata en el mercado de invierno, algo que sí llegó a pensar en verano, cuando comprobó que nada había cambiado y que el banquillo seguía siendo su hábitat cada fin de semana. 

No le vale con ser suplente de Diego López en Liga. No se siente cómodo. Sabe que cualquier gesto suyo adquiere una relevancia inusitada y ahora sí que está meditando la posibilidad de escuchar alguna de las diferentes propuestas que le llegan de cara a la temporada que viene. No se siente más que nadie, ni exige privilegios, pero tampoco se siente inferior a nadie. Busca ayudar al equipo, al club, a la entidad como madridista que es y una de las maneras de empujar al Real Madrid puede ser empezando a pensar en un futuro alejado del equipo.

Casillas está luchando para revertir una situación que le llevó a reunirse con Florentino Pérez en el pasado mes de agosto para encontrar una solución. El presidente fue el primero en animarle, en apoyarle para que continuara en el Real Madrid. La conquista de la ansiada Décima Copa de Europa y el nacimiento de su primer hijo en el próximo mes de diciembre, le llevan a aparcar su decisión hasta el verano, al regreso del Mundial.

Hoy el portero volverá a hablar. Será en un acto del champú que le patrocina y pese a que tiene previsto medir sus palabras y condiciona todo a seis meses vista, sabe que cualquier desliz puede ser aprovechado para suscitar polémica y debate. No es lo que quiere. Piensa que perjudica al equipo y eso no le gusta. Los veintitrés años en el club blanco es la mejor demostración de su sentimiento hacia la entidad, por más que algunos lo pretendan obviar.

Tres partidos y quince minutos como titular en el Real Madrid y otros tres con la selección es poco bagaje para un portero acostumbrado a acumular más de veinte partidos a estas alturas de la temporada. El Mundial no peligra, pero sí que su titularidad en la cita brasileña está en entredicho, tal y como ha demostrado Del Bosque en los últimos partidos. Ya no es intocable en la selección, algo que ya ha quedado patente. En el Soccer City fue titular, pero compartió minutos con Víctor Valdés, algo que se inició en los dos últimos partidos oficiales. Ante Bielorrusia fue el azulgrana el titular y ante Georgia el madridista.

La lesión de Valdés ejercerá de freno a su progresión, pero no parece que pueda tener reflejo en la selección. La próxima cita seré en el mes de marzo ante Italia, casi con toda seguridad en Niza. Salvo lesión los tres porteros están seguros en la convocatoria para Brasil. No hay dudas. Reina será el tercer portero y tal y como está jugando esta temporada en el Nápoles demuestra que es toda una garantía. La incógnita se centra en saber el elegido para ser titular.

En todo este río revuelto hay equipos que pretenden pescar. Manuel Pellegrini esta el primero en la lista. Ya en verano tanteó la posibilidad. Quiere un portero que ocupe el lugar de Hart y el que fuera su capitán en el Real Madrid es su elegido y así se lo ha hecho llegar. Por si acaso falla, el chileno también ha llamado a Willy Caballero, que tal y como sucede con Casillas tiene contrato, en este caso con el Málaga. En el de Iker, el contrato con el Real Madrid se va hasta el 30 de junio de 2016.

Pinto, de "entrenar para ser titular" a volver a demostrar que es más que un suplente... por Elena Sanz Bartolomé

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VALDÉS ESTARÁ FUERA UN MES Y MEDIO


“Siempre lucho para ganarme el puesto. Falta mucho para el año que viene, pero yo entreno para ser titular. Hay que respetar todas las opiniones”. Estos eran los planes de José Manuel Pinto (38) hace una semana. Ahora su panorama ha cambiado radicalmente. Víctor Valdés estará un mes y medio alejado de los terrenos de juego debido a una rotura miotendinosa en el gemelo derecho. Una lesión que llega en su mejor momento, ya que se había convertido en un seguro de vida para la portería del Camp Nou. Unida a la baja de Messi, el Barcelona ha perdido a dos de sus mejores jugadores para afrontar la recta final de 2013 y el inicio de 2014. En la cara de la moneda está Pinto, que a partir de este fin de semana afronta, una vez más, el reto de hacer que la ausencia de Valdés no se note. No será fácil, pero hay garantías.

Hay lesiones que hacen que un club se tambalee. En Barcelona son conscientes de ello, pues en una semana y media ha visto cómo dos de sus estiletes pasaban del terreno de juego a la enfermería. No se trata de visitas de cortesía: hasta 2014 no podrán contar con Messi y Valdés. El ‘Tata’ Martino deberá encontrar una solución para evitar que estas dos ausencias hagan flaquear a su equipo. La última de sus bajas tiene en Pinto su mejor y única opción. El gaditano se ha convertido en el suplente ideal: siempre a la sombra de Víctor Valdés, ha cumplido cuando le han encomendado una misión que, normalmente, llegaba en la Copa del Rey. Con él bajo palos, el Barcelona ha conquistado el título de 2009 y 2012; sólo cayó ante el Real Madrid hace un par de años.

Pinto, portero de profesión y compositor además de productor musical en sus ratos libres, llegó a Barcelona en calidad de cedido procedente del Celta de Vigo. Lo que iban a ser seis meses se han convertido en cinco temporadas a cambio de medio millón de euros, cantidad que el club azulgrana desembolsó para hacerse con los servicios de un portero que se llevó el Trofeo Zamora en 2006. Su misión pasaba por sustituir a Albert Jorquera, segundo guardameta, que se había lesionado. Y ese es el rol que ha desempeñado año tras año siendo el encargado de proteger la portería cuando tocaba competir en la Copa del Rey. Ha sido titular en 64 partidos (21 de Liga, 39 en el torneo del ‘KO’ y 4 en Champions) y cuando los entrenadores le han necesitado, ha cumplido.

El futuro de la portería azulgrana

Una vez más, tiene un reto importante en su carrera para demostrar que es algo más que el suplente de Valdés. Por delante restan cuatro encuentros en el campeonato doméstico (Granada y Villareal en el Camp Nou; Athletic y Getafe como visitante), el choque ante el Cartagena en Copa y los europeos contra el Ajax en Ámsterdam y Celtic de Glasgow en Barcelona. Siete citas si se cumplen los mejores pronósticos que apuntan al partido frente al Elche como el marcado para la vuelta de Valdés. Pinto sale de la sombra para convertirse en el centro de los focos como portero titular. No es la primera vez. En la temporada 2010/2011 ocupó la portería desde el primer minuto en seis citas ligueras y dos europeas, mientras que el año pasado tuvo que hacer lo mismo en siete encuentros tras la sanción de cuatro partidos que recibió su compañero después de increpar a Pérez Lasa y ser expulsado en el Santiago Bernabéu. Solventó todos los compromisos con nota.

Independientemente de todo lo sucedido, en el club tienen trazada una hoja de ruta para la portería teniendo en cuenta que el próximo mes de junio Valdés se despedirá del Camp Nou. El objetivo es hacerse con los servicios de dos guardametas, Reina y Ter Stegen. Es más, en Alemania ya dan por hecho que el Barcelona tiene un preacuerdo con el actual portero del Borussia Moenchengladbach por cuatro temporadas a cambio de unos diez millones de euros. Zubizarreta negó tal operación, pero lo cierto es que fue visto en la localidad alemana. Sea como sea, antes del futuro toca vivir el presente y ahí, Pinto debe volver a demostrar que está capacitado para ser el portero titular de este Barcelona. 

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