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Si se gana la Liga, la temporada volverá a ser un éxito rotundo... por CRISTIAN PULINA

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No nos equivoquemos. Las críticas van enfocadas hacia la gestión - técnica y directiva - por una parte y por otro a la actitud de determinados  jugadores en las últimas dos temporadas - porque no, esta no es la primera temporada que vemos a alguno con un rendimiento irregular, como ya hemos comentado ayer... -

La preocupación por el futuro del club a corto y medio plazo, no debe bajo ningún concepto, silenciar que la más que probable conquista de la Liga - ojalá que este mismo Sábado, y si no es posible, pues el próximo fin de semana -, convierte esta temporada en la quinta consecutiva sumando fantásticos éxitos, y cito:

2008/09---> Liga, Copa y Champions
2009/10---> Supercopa de España, de Europa, Mundial de Clubes y Liga
2010/11---> Supercopa de España, Liga y Champions
2011/12---> Supercopa de España, Supercopa de Europa, Mundial de Clubes y Copa del Rey
2012/13---> ¿Liga?

Cinco años conquistando siempre uno de los tres grandes títulos es un éxito tremendo, pero es que si además le sumamos el haber ganado varios de los grandes títulos en la misma temporada, otros títulos de menos caché y sobre todo, que cuando no se han ganado títulos se ha llegado casi siempre lejísimos en cada competición (semifinales de Champions y Copa o subcampeonatos...), tenemos que el trabajo de estos jugadores es, como ya decía tras el descalabro en Münich, absolutamente fantástico.

Esta Liga todavía puede ser histórica si se aprieta un poco

Difícil conseguirlo, pero no imposible. El Barça tiene a tiro de 6 victorias consecutivas, el récord de puntuación liguera que la temporada pasada le arrebató el Real Madrid al conseguir los 100 puntos. Obviamente, es un "récord simbólico", pero que habla bien a las claras del fantástico trabajo que ha tenido que realizar el equipo para conseguir la Liga.

No confundir decepción con fracaso.

Alguno estará pensando: "sí, sí, dale el valor que quieras a la Liga, pero esta temporada es un fracaso". Respeto su opinión, eso sí, me gustaría saber cuanto tiempo lleva siguiendo al Barça, porque si hace justamente 10 años, me dicen que el Barça gana una Liga, me echo a llorar de la alegría - hace exactamente 10 temporadas, el Barça quedaba fuera de los puestos que dan acceso a la Champions League y sudaba para conseguir una plaza para la Europa League (antes Copa de la UEFA) -.

En mi opinión, ganar uno de los tres grandes títulos siempre supone que la temporada sea un éxito, especialmente si es la Liga o la Champions, y si bien es cierto, esta Liga ha carecido de bastante emoción - ¿vamos a culpar al Barça por ser demasiado bueno? -, no podemos jamás quitarle el valor que tiene.

Los fallos ante el Real Madrid y posiblemente ante el Bayern han sido dolorosos y muy decepcionantes. Hemos fracaso en Copa y seguramente en Champions, pero la temporada no es un fracaso, sino un éxito.

Hoy a partir de las 18:00 despedida de San Mamés

Fiesta del fútbol en la 'Catedral'. Con Bielsa y este Barça los goles están asegurados. En condiciones normales estaría convencido de la victoria del Barça, pero tras el durísimo golpe emocional de Münich, las más que probables rotaciones, lo encarrilada que está la Liga y la enorme necesidad que tiene el Athletic de sumar puntos, creo que estamos ante un partido de pronóstico muy incierto.

Con una nueva victoria, el Barça se colocaría a tan sólo una de ser campeón de Liga de manera matemática, y de perder el Real Madrid en casa del Atletico (el partido se disputará justo después, a partir de las 20:00), el Barça se proclamaría campeón de Liga sin necesidad de jugar el próximo partido.

Sea cuando fuere, parece casi imposible que se escape esta Liga, la número 22 en la historia del Barça, y la 6ª en las últimas 9 temporadas, una marca absolutamente impresionante que habla por sí sola de la eficacia del proyecto y Modelo Deportivo actual.

VAMOS


Homenaje al viejo San Mamés... por EDUARDO RODRIGÁLVAREZ

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El Barça aplaza el título de Liga tras empatar contra el Athletic (2-2) en un partido vibrante


No era una tarde cualquiera, ni un partido cualquiera entre dos de los tres históricos de Primera División, menos aún en un escenario singular que en 100 años ha vivido de todo menos soledad. No era un partido cualquiera porque el Barça tenía la oportunidad de lamerse las heridas de Múnich con un título de Liga al que los clubes obligados a ganarlo solo le dan importancia cuando lo pierden. Y no era un partido cualquiera para el Athletic, que veía de lejos, pero los veía, los ojos rojos del descenso en su annus horribilis y en el momento más singular de un estadio centenario.

Y no fue un partido cualquiera porque el Athletic homenajeó al viejo y al nuevo San Mamés apelando a la casta y a los viejos modos futbolísticos y el Barça decidió olvidarse del Bayern y pensar en una Liga que podía ganar ya aunque la tenga ganada desde el año pasado. Y porque el Athletic sueña son quitarse las legañas de esta temporada inesperada tras los sueños de gloria pasados. Y porque Messi apareció en el momento oportuno después de que Vilanova decidiera dejarle reposar medio partido como quien deja reposar la salsa pil pil para que encuentre el punto adecuado. No le defraudó porque a los 10 minutos de aparecer como un dios en la Catedral bailó por el campo sorteando a cuatro defensores y clavando suavemente el balón en la red. No fue su primera acción, pero sí fue la acción esperada que no selló la Liga pero sí enardeció la esperanza de que el argentino vuelva a ser el que es y se olvide del que fue en la capital alemana.

Ocurre sin embargo que el Athletic se ha acostumbrado a jugar a tumba a abierta, para bien y para mal. Y a tumba abierta había acosado al Barça de salida, nublándole la vista, encajonando a Xavi y a Thiago y dejándole a expensas de un Alexis bullicioso pero artificial, con Pedro así, como ausente. Le costó poco al Athletic quitarle el terreno y la pelota y armar su fútbol vertical, a veces suicida, pero que le proporcionó dominar el tiempo del partido con el añadido de hacer crecer su autoestima.

Cuando comenzó a llover el Barça imitó al sirimiri y le fue robando, primero el balón, luego el pulso, asomando con una oportunidad de Pedro, otra de Song. Un sirimiri intenso que sin embargo tuvo un momento culminante en la otra portera. Aduriz quebró con una bicicleta a Piqué, se fue al fondo y centró horizontal para que entre Susaeta y un defensa impulsaran el balón a la red en la misma raya de gol.

El tanto le dio al partido el sistema nervioso que reclamaba. El Barça seguramente optaba por la paciencia y de pronto se vio sometido a la hipertensión de un encuentro que obligaba a la máxima disciplina, la máxima entrega, con un Athletic ya no solo enrabietado, sino además crecido. Sí, el Barça había pillado el balón, pero el Athletic había pillado el gol y eso siempre cambia el sistema cardiovascular de los equipos.

Era el momento de Messi y Tito Vilanova esperó unos minutos para dar entrada al único que podía dominar el corazón rojiblanco. El Barça metió una velocidad más y el Athletic se fue al garaje en busca de respuestas en su área más que en la contraria. No era el día de Herrera, impreciso en el pase, ni de Muniain, un laborante impagable en su afán de frenar a Alves. El Barça acosó la portería que antiguamente se llamaba de Capuchinos, donde Iraizoz era sometido a un tratado de respuestas inmediatas. Ekiza había derribado a Alexis dentro del área mientras el árbitro, muy condescendiente todo el partido, miraba para otro lado. Y en esto llegó Messi en su jugada favorita, rodeado de defensas en el área grande, gambeteando en tres palmos de terreno, con sus pasitos cortos y poniendo suave el balón junto al poste izquierdo. Sin duda, Messi había actuado de Dios en la Catedral como correspondía a una fecha señalada, a un partido que no era cualquiera y había elevado la moral de la tropa blaugrana ante lo que les espera la próxima semana.

Pero en las catedrales no solo hay dioses ni cardenales. La curia es amplia y hasta los monaguillos hacen pan. Alexis aprovechó un balón llovido en el área pequeña para batir a Iraizoz. La Liga parecía que podría viajar con el Barça en el avión que le devolviera a Barcelona. El Athletic se antojaba exhausto y desconcertado. Roto. Bielsa agotó sus cambios buscando la cabeza de Llorente y el golpeo furioso del balón de Ibai Gómez. Vilanova dio entrada a Iniesta, que recibió la consabida pitada del único campo en el que no es querido en España y cuyas últimas declaraciones sobre San Mamés acabaron por incendiar el edificio. La Catedral, sin embargo, despidió a Xavi —cuando fue sustituido por Messi— con una cerrada ovación, como si Xavi fuera el dios humano ante la entrada del futbolista sobrenatural.

Pero como no era un partido cualquiera, no podía tener un final cualquiera. Y cuando moría la tarde y llegaba el fresquito, cuando la Catedral miraba muy de reojo el encuentro y los aficionados blaugrana cantaban el himno en homenaje a la Liga que esperaban en el viaje de vuelta, llegó un gol inesperado. Un centro de De Marcos en su última carrera, desvencijado por el esfuerzo, fue despejado hacia un costado por Adriano y el balón cayó a los pies de Ander Herrera, que lo llevó raso hasta la red.

Moría el partido y moría la ansiedad de ser campeón del Barça, por la que había peleado, sobre todo en la segunda mitad, exigido por un Athletic que apeló a las viejas esencias para sobreponerse a la modernidad del equipo catalán. No, no era un partido cualquiera. Fue un homenaje a San Mamés en toda regla.

Juego irregular, merecido empate y alirón aplazado (2-2)... por CRISTIAN PULINA

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No era una salida sencilla la de hoy. La última visita de la historia a 'San Mamés' llegaba en el momento emocionalmente más conflictivo de la temporada, con lesiones, la vista puesta en una casi imposible remontada ante el Bayern Münich el próximo Miércoles y en frente estaba un muy buen rival que tenía que salir a darlo todo si no quería meterse en problemas, y así fue.

Athletic 2-2 Barcelona Messi min.67 y Alexis min.70

El Athletic volvió a ser fiel a su estilo. Querían la pelota y para ello el trabajo defensivo se realizaba en la mitad de campo barcelonista cada vez que era posible. Especialmente complicados fueron los primeros 15 minutos, con el Athletic fresco y San Mamés animando estupendamente a su equipo, al Barça le costó mucho retener la posesión porque si bien el nivel de concentración era buena, no así la interpretación de las acciones.

Cuando tocaba retener en busca de atraer un poco la marca de rival para así generar espacios, se pasaba demasiado rápido  y cuando lo que tocaba era pasar rápido para evitar pérdidas fruto de que el rival estaba muy encima de la acción, se tardaba en analizar la situación, se controlaba y se producían pérdidas que casi siempre llegaron por parte de Alexis Sánchez, que eso sí, fue uno de los mejores jugadores del partido como viene siendo habitual en los últimos partidos de Liga (Deportivo, Mallorca, Zaragoza...)

Con:

Valdés

Alves Piqué Abidal Alba

Song

Xavi Thiago

Pedro Fábregas Alexis

el Barça se volcó en ataque especialmente por el costado izquierdo, con un Fábregas cayendo excesivamente - para mi gusto - al centro del campo y a las bandas, propiciando que Pedro y Alexis se movieran más de la cuenta por dentro, que saben hacerlo pero al intentar entrar reiteradamente por esa zona parecía que Alexis y Pedro se quedaban sin espacio para lanzar sus desmarques de ruptura y ganar la espalda de los defensas.

Sí supo hacerlo de todas formas Alexis, que recibió en la frontal un buen pase entre líneas de Fábregas, superó a un defensor con su arrancada y sacó un gran disparo raso que se estrelló en el palo. Era la primera ocasión de un Barça que había sufrido inicialmente pero que parecía llevar el partido a donde quería, con nuevas ocasiones no materializadas por Song y Xavi.

Cuando más cerca parecía el 0-1, Susaeta puso el 1-0 en un contragolpe donde Piqué volvió a ser puesto en evidencia al ser superado con tremenda facilidad en el uno contra uno por Aduriz, que si bien me parece un muy buen futbolista, no es precisamente ningún maestro en el desborde...

Era el minuto 27, y el Barça continuó dominando con Alexis y Alba como hombres más incisivos en ataque, Xavi y Thiago haciendo lo posible por contemporizar adecuadamente el juego del equipo y Song sosteniendo defensivamente a un Barça que volvió a desequilibrarse tras pérdida mucho más de lo deseado.

El Barça volcó sus ataques por la banda derecha en los primeros minutos de la segunda parte. Pedro y Alves ganaron protagonismo, pero no se consiguió generar ninguna situación de peligro hasta que el mejor jugador del mundo y de todos los tiempos saltó al terreno de juego.

Messi saltó al campo en el minuto 59 sustituyendo a Xavi. Fábregas retrasó su posición y el equipo como conjunto no mejoró demasiado, pero sí que supuso puntos negativos para el Athletic a nivel emocional - MIEDO -, y positivos para el Barça en el mismo plano - AHORA SÍ SE PUEDE (algo que hay que cambiar pero ya... porque sin Messi también se tiene que poder con estos jugadores) - y también por supuesto en el sentido de que no hay nadie en el fútbol actual, ni en la historia de este deporte, capacitado para hacer las cosas que Leo Messi hace.

Antes de empatar el partido, ya había avisado con un intento de disparo desde su zona favorita - la frontal del área - que se estrelló contra la defensa. Posteriormente realizó una arrancada por la zona central del centro del campo en la que para mí se equivocó al asistir a Pedro en lugar de Alexis Sánchez, pero el Barça comenzaba a generar peligro y en el minuto 67, Messi fabricó una acción maravillosa para incluir en la lista de los mejores de su carrera, con la que empataría el partido.

Con una finta hacia la derecha desbordaba al primer defensor, con otra hacia la izquierda hacia lo propio con el segundo defensor a la vez que superaba al defensa precedente y otro más con un cambio de pierna perfecto que le permitía además orientar la pelota para tener ángulo de disparo y sacarse un disparo enroscado, raso y perfecto al palo largo de Iraizor: INMESSIONANTE

Se veía venir la remontada del Barça, y esta se culminó tan sólo tres minutos después cuando Alves centro para Messi que remató de manera defectuosa, con la suerte para el Barça de que allí estaba Alexis para controlar de pecho y rematar instintivamente - sorprendentemente, casi siempre esta es la mejor decisión en esa situación - ante la proximidad de los defensas rojiblancos e Iraizoz que vio como la pelota le pasaba entre las piernas.

Minuto 70, en cosa de 10 minutos, el Barça remontaba el partido con Messi, pero a partir de ahí el equipo volvió a difuminarse... porque colectivamente las cosas no se estaban haciendo bien, y eso ante un rival con tanta creatividad y corazón como el Athletic se paga. Fue en el minuto 90, cuando Ander Herrera aprovechó un nuevo rechace que el Barça fue incapaz de ganar tras un centro desde la banda izquierda.

Lo intentó el Barça en los 3 minutos que se descontaron, pero fue incapaz de anotar un gol que le permitiera proclamarse campeón en el día de hoy, donde sí necesitará que el Real Madrid, no gane el "derbi madrileño", para poder depender de sí mismo el próximo fin de semana ante el Betis.

La asignatura pendiente de Simeone: ganar un derbi y rendir ante los grandes... por Israel Íñiguez

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LA FINAL DE COPA SE PRESENTA COMO OTRA GRAN OPORTUNIDAD PARA ROMPER LA ESTADÍSTICA


La llegada de Diego Pablo Simeone al Atlético de Madrid ha supuesto un clima de estabilidad difícil de imaginar en una entidad acostumbrada en los últimos tiempos a vivir a salto de mata, instalada en la crispación y bajo el prisma de que cualquier tiempo pasado fue mejor. La figura del técnico ha cambiado en cierta manera todo eso. Es respetado e incluso idolatrado por la afición, las altas instancias confían y le dejan trabajar y el plantel cree a pies juntillas en su método y forma de trabajar. Sin embargo, a pesar de todo eso y de las dos grandes temporadas que está cuajando, con un título de Europa League, otro de Supercopa de Europa y la más que probable clasificación para la próxima edición de la Champions League, el enérgico entrenador argentino sigue suspendiendo en sus duelos directos contra el Real Madrid y en los enfrentamientos ante los 'grandes'.

Yendo por partes, lo del Atleti con el derbi es una cosa paranormal. El duelo de ayer en el Vicente Calderón se presentaba como una ocasión pintiparada para que los colchoneros rompieran su horrorosa racha de 14 temporadas sin ganar a su eterno rival. Un Madrid de circunstancias, con el pensamiento puesto en una posible remontada ante el Borussia Dortmund, y un conjunto atlético lanzado y amenazando la segunda plaza de los merengues. Sin embargo, como en ‘El Día de la Marmota’, la historia se repitió y los de Simeone fueron incapaces de lograr el ansiado y obsesivo triunfo que demandaba su afición, a pesar de adelantarse en el marcador con un gol de Radamel Falcao.

Quizá por las palabras ansia y obsesión podamos entender el porqué del gafe atlético en los derbis. Jugadores, cuerpo técnico y, sobre todo, entidad y afición provocan un ambiente en torno a este partido que quizá no beneficie en nada al equipo. La sensación que da es que ganarle al Madrid es lo más importante de sus vidas, y eso termina por generar una tensión inusual y muy perjudicial, algo que ni el propio Simeone ha sabido controlar. Eso se volvió a trasladar ayer al terreno de juego, donde el Madrid, sin hacer un gran partido, se llevó de nuevo los tres puntos del Manzanares.

A los de José Mourinho, que lleva ocho victorias en otros tantos partidos ante el Atlético de Madrid, les bastaron dos zarpazos de Di María (el primero con la colaboración involuntaria de Juanfran) para tirar de nuevo a la lona a su rival y aprovechar esos errores que se han hecho tan comunes por parte rojiblanca en estas citas. A partir del segundo gol, el entrenador argentino no supo reaccionar y, una vez más, no agotó sus tres cambios. El ‘Cebolla’ Rodríguez y Adrián fueron sus únicas armas, y tampoco funcionaron.

No era de extrañar, por tanto, la desesperación y el cabreo de la parroquia colchonera a la salida del estadio. Una vez más se quedaban con la miel en los labios, y en esta ocasión a sabiendas de que su rival era más asequible que nunca.

Sin duda, el Real Madrid se ha convertido en bestia negra de los colchoneros, pero también hay que apuntar que en la ‘era Simeone’ tampoco se le ha ganado al otro ‘grande’ de la Liga, el Barça. Aquí tiene otra espinita clavada el técnico rojiblanco, que quizá pueda sacarse dentro de quince días, cuando en la trigésimo quinta jornada reciba al equipo de Messi y compañía. Y, por encima de todo, la fecha del 17 de mayo. Esa final de la Copa del Rey en el Bernabéu, donde si el Atlético es capaz de derrotar a su vecino madrileño, quizá se borren de un plumazo estas catorce temporadas llenas de sinsabores.

El Santos cede y saca a subasta a Neymar esperando la oferta de Rosell... por Carlos M. Sánchez

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EL BARCELONA ES EL EQUIPO MEJOR SITUADO PARA FICHARLE


El culebrón Neymar puede estar muy cerca de llegar a su último capítulo. Esto lo habrán leído cientos de veces en los últimos dos años, pero esta vez parece que será la vencida. Las palabras del presidente del Santos, Odilio Rodrigues, a la Ser no dejan lugar a la duda: "Neymar ha rechazado nuestra propuesta de renovación y ahora escucharemos ofertas para traspasarlo este verano".

Hasta la fecha, todo habían sido evasivas y medias verdades por parte de los dirigentes brasileños, que contestaban con sorna cualquier interés que llegara por su gran estrella. "Neymar no está en venta" era el mantra que repetían henchidos del orgullo que les producía saber que equipos como Real Madrid, Barcelona, City o PSG, los grandes de Europa en definitiva, soñaban con su fichaje.

El Santos, en cualquier caso, no hace más que plegarse a los deseos de su estrella, que entiende que ha llegado el momento de dar el salto a Europa. Su juego corre el riesgo de estancarse –esta misma semana ha sido criticado por su partido con la selección- y truncar su prometedora carrera. Sólo el paso a un fútbol de superior nivel le permitirá seguir creciendo. Así lo piensa el Neymar y su entorno, que desde hace tiempo coquetea con varios equipos.

La subasta, por lo tanto, está en marcha. Con una cantidad cercana a los 60 millones de euros Neymar podrá comprar su libertad y poner rumbo a Europa. De todos los equipos que de un modo u otro han rondado a Neymar, el Barcelona es el favorito. De hecho, gracias a una maniobra de Sandro Rosell en 2011, el equipo azulgrana tiene una opción preferencial sobre el delantero.

El presidente del Barça pagó incluso 10 millones de euros por adelantado para disuadir a equipos como el Real Madrid, el otro gran interesado en la descollante estrella brasileña. De hecho, como informamos en El Confidencial, al conocer este pago Florentino Pérez renunció al compromiso que tenía firmado con el jugador y depositado en una caja fuerte de Sao Paulo.

El futuro de Neymar, dicho esto, pinta en azulgrana. Aunque primero tendrá que negociar con el Santos para saber si, efectivamente, tendrán que abonar los 60 millones que marca su precio de salida. Rosell no está por la labor de pagar tanto por un futbolista al que sólo le queda un año de contrato y que ya ha manifestado su determinación de dejar el club. Las negociaciones, siempre que Tito Vilanova y Zubizarreta den el sí definitivo, se concretarán durante la Copa Confederación que se celebra en Brasil y en la que estará Neymar. El objetivo es poder anunciar su fichaje por el Barcelona una vez concluya dicha competición.

La dirección deportiva no tiene dudas de la calidad Neymar, pero no están ciento por ciento seguros de que el carácter díscolo y la vida desordenada que lleva en Brasil se adecúen a lo que necesita el equipo la próxima temporada. Claro que Rosell quiere un golpe de efecto y Neymar está a la altura mediática de lo que busca… siempre y cuando equipos como Manchester City o PSG no pongan más dinero sobre la mesa.

Madrid y Atlético dejan el fútbol para otro día... por JOSÉ SÁMANO

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Una chispa de talento entre Benzema y Di María decide un duelo ulceroso (1-2) en el Calderón


El desengaño del Atlético es infinito. Y el de anoche, mayúsculo. Frente a un vecino remendado con suplentes y con Cristiano en la tumbona, el equipo rojiblanco se llevó otro chasco, y van 14 años de escarmientos. El ímpetu no le alcanzó y fútbol no hubo, salvo un toque de violín de Benzema con Di María que decidió un encuentro para el olvido, rudimentario y áspero. El único festejo para el Madrid, que con su segundo pelotón mantiene la segunda plaza y prolonga el calvario colchonero en los derbis. El último le dejará especialmente tocado, porque el cartel estaba a su favor. Ni así. Convertido el duelo en un asalto tras otro, con atropellos entre futbolistas, piernas dislocadas y el balón maltratado, el Madrid sacó provecho con la única jugada aguda en medio de la refriega.

El partido de los horrores. Así resultó la batalla madrileña por el segundo puesto de la Liga, especialmente en el primer acto. ¡Quién lo diría! Con semejantes contendientes, el encuentro fue un espanto, ulceroso. Un choque tras otro, de punterazo en punterazo, con la pelota de brinco en brinco sobre un campo de minas. Sin nadie que acariciara al balón. Un partido, en definitiva, de pepes y costas, lleno de metralla. Tanto voltaje restó precisión, los errores no forzados delataban un duelo de regional. Ni una migaja de fútbol sutil, más bien rugby, patada a seguir, cuerpo a cuerpo y a rascar. Al Madrid ya se le adivinó el aire rudo desde la alineación, con Pepe y Khedira en el doble pivote del medio campo. El Atlético fue el Atlético en cuanto a intensidad. No se distingue por ser un conjunto arquitectónico, más si le falta Arda y a Oliver aún se le tiene por parvulario, pero ante su vecino sufrió un apagón total.

El prematuro gol de Falcao, tras un mal posicionamiento en defensa de los visitantes y un posterior despeje en mala dirección de Diego López, parecía presagiar un choque con menos grilletes. Un espejismo colosal. Con una tarjeta cada cinco minutos antes de la media hora, el partido fue caótico, en enredo permanente. Dos rivales con demasiado chute de adrenalina. Si el tanto de Falcao llegó tras el lanzamiento de una falta, lo mismo sucedió con el del Madrid. Di María ejecutó un centro lateral y solo Juanfran acertó a rematar, pero en dirección a Courtois. Dos dianas acordes con el confuso dictado del encuentro.

Mourinho improvisó una alineación con muchos teloneros para afrontar una jornada de estorbo. Al fondo, el Borussia, pero un derbi no es cuestión banal y nadie quiere protagonizar la primera rendición madridista en 14 años. Para gestionar el reto, el técnico portugués optó por combatir al Atlético con puño de hierro, con la misma musculatura. El grupo de Simeone tiene mucho forro físico y por ahí quiso equilibrar el Madrid. Como síntoma, Morata, un delantero con talla que ha hecho carrera con el gol a cuestas. Acostado en la banda izquierda, no le quedó otra que el tajo defensivo, como todos los suyos.

Simeone, que hasta la final de Copa no tiene más envite que la Liga, alistó a su equipo más titular a excepción de Arda, aún convaleciente. Es un conjunto muy industrial, siempre esforzado, pero poco imaginativo. Su medio campo es demasiado uniforme. Jugadores como Mario, Gabi y Koke tienen poca variedad y Raúl García es un llegador. En el Atlético todo pasa por la abnegación mosquetera, la búsqueda permanente a Diego Costa para que atornille la pelota con su corpachón y Falcao como punto final. Con este formato ha mejorado ya con creces sus últimas campañas, pero su maleficio en el derbi se perpetúa desde junio de 1999.

Sin Cristiano, al Madrid le bastó con su maquillaje. Aceptó el pugilismo y finalmente una gota de talento le puso en ventaja cuando más empujaban los rojiblancos, aunque fuera por las bravas. Benzema, que como Kaká estuvo exiliado la mayor parte del encuentro por la tosquedad, dio la mejor nota de la noche, un pase delicado y preciso en medio de la selva. Di María, puntual en el desmarque, batió a Courtois. Un encuentro en la hoguera resuelto por una chispa de ingenio, un guiño del fútbol. Ya en ventaja, el Madrid tuvo algo más de orden, con Alonso y Modric ya en la sala de máquinas. Simeone buscó otra marcha con Adrián y el "Cebolla" Rodríguez. Nadie encendió las luces. La enésima frustración para el Atlético. Y un meritorio triunfo para un Madrid de rebajas y con la cabeza en otro sitio. El fútbol, para otro día.

¿Bale vale?... por JOHN CARLIN

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Con los campeonatos de España, Inglaterra, Alemania, Italia y Francia ya resueltos y a la vista, casi, una final alemana en la Champions, se inicia un poco antes de lo habitual la eterna conversación del verano europeo. ¿Quién fichará a quién? ¿Qué superhéroes, qué pociones mágicas adquirirán equipos como el Barcelona y el Real Madrid para compensar sus vulnerabilidades y cumplir sus sueños de gloria?

Así es. En el fútbol operamos en el terreno del pensamiento mágico. Suspendiendo la razón, convertidos en niños, atribuimos superpoderes a determinados jugadores, o en algunos casos a entrenadores. Implícita en la conversación está la convicción de que si logramos fichar a aquel que más deseamos lo ganaremos todo. La afición del Chelsea se ha convencido, por ejemplo, de que con José Mourinho en el banquillo no habrá fuerza terrenal capaz de frenar a los blues. (Su problema es convencer al dueño del Chelsea, Roman Abramovich, de que es mejor opción que Manuel Pellegrini – casi, casi vencedor del Borussia Dortmund- dejando abierta la fascinante posibilidad de que Mourinho se quede con la opción de irse al Málaga).

En cuanto a jugadores, el panorama se ha vuelto más confuso desde que Alemania venció a España 8-1 en semifinales de la Champions esta semana. De repente la raza maestra del fútbol juega en la Bundesliga. La cuestión es, ¿por qué Lewandowski, Gündogan, Mandzukic o Müller querrían dejar Alemania? Ya se verá, pero de lo que podemos estar seguros es que la atención se seguirá concentrando en dos jugadores que sí parecen estar dispuestos a cambiar de aires y que indudablemente poseen magia en los pies: el galés Gareth Bale, del Tottenham, y el brasileño Neymar, del Santos.

Neymar no da para mucho debate, no figurará demasiado en la telenovela veraniega, ya que se da por hecho que fichará por el Barcelona. Bale sí dará de qué hablar. Podemos estar seguros que los sospechosos de siempre, los clubes capaces de desembolsar 60 millones de euros o más por un jugador, se han planteado la posibilidad de fichar al crack galés. El Real Madrid, el Barcelona, el Chelsea, el Paris Saint-Germain y los dos equipos de Manchester son los candidatos más viables. Y posiblemente también el Bayern Múnich, si Hoeness, Rumnenigge y compañía se prestan a darle a Pep Guardiola un regalo sorpresa de bienvenida.

¿Qué tan bueno es Bale? ¿Vale lo que se cree que vale? Una duda surge de la tendencia de los medios y los fans en Inglaterra a emocionarse de manera desproporcionada en esas raras ocasiones en las que aparece en la Premier League un jugador habilidoso nacido en la islas británicas. Hay quienes han comparado a Bale con Messi o Ronaldo (entre ellos su veterano exentrenador en el Tottenham, Harry Redknapp). La verdad es que si Ronaldo está un peldaño por debajo de Messi, Bale está a dos de Ronaldo. Pero Bale tiene el potencial para acercarse al nivel del coloso portugués y no es nada descartable que de aquí a una o dos temporadas, si su entrenador sabe sacarle el máximo rendimiento, figure en el podio del Balón de Oro, indiscutible candidato para el bronce.

No tiene poderes mágicos; es reconociblemente humano. Pero afortunado el equipo que lo fiche

Lo que tiene en común Bale con Messi y Ronaldo es que es un jugador que inspira terror en las defensas rivales. Ha jugado de lateral y de extremo pero ahora tiene la misma libertad de movimiento que Messi. Juega en la izquierda, la derecha o de falso nueve; crea y hace goles. Y los genera de la nada, en base a puro talento, independientemente de cómo esté jugando su equipo, como vimos la semana pasada cuando el Tottenham ganó 3-1 a un, por lo demás, superior Manchester City. Eso es oro; eso es lo que más se cotiza.

Además es un chico estable del que todo el mundo habla maravillas como persona. No es un Wayne Rooney, del que se hablaba -hubiera sido un fiasco- como posible fichaje del Madrid hace un par de temporadas. Bale es el probable ganador del premio al mejor jugador del año en Inglaterra. Luis Suárez, el uruguayo del Liverpool que hubiera sido otro candidato si no hubiese caído en la tentación la semana pasada de morder a un rival, dijo esto de Bale hace 10 días: “Me encanta verle jugar. Su cambio de ritmo, sus goles espectaculares, la potencia de su disparo. Hasta marca de cabeza. Es un jugador todoterreno”.

Lo es. No tiene poderes mágicos; es reconociblemente humano. Pero afortunado el equipo que lo fiche.

No hay fin de ciclo en el Madrid... por CARLES TORRAS

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En la capital nadie habla de un cambio de ciclo en el Real Madrid. Lógico, algo que no ha empezado difícilmente puede terminar. O dicho de otra manera, incluso si se le apareciese a Mourinho la virgen de Fátima con la camiseta de Juanito y ganasen la Champions, si se marcha en junio no creo que en los libros de historia su paso por el club vaya a quedar inscrito, como se suele decir, con letras de oro.

Si el Barça está dando síntomas de agotamiento físico y mental, lo mismo le ocurre a un Madrid que vive del arrastre prodigioso de Cristiano Ronaldo. El número 7 es el conejito que lleva la pila alcalina, el que sigue dándole al tambor cuando el resto no puede ya ni levantar las orejas.

Cristiano sí será recordado, porque es un jugador portentoso, de los que marcan la personalidad del equipo. ¿Quién recuerda a los entrenadores que tuvo Di Stefano? Por suerte para el Madrid, Mourinho pasará como uno más. Sus tretas de sala de prensa y de aparcamiento y sus agresiones dactilares quedarán pronto en el olvido.

Del cambio de ciclo del que sí se habla en Madrid, y mucho, es el del Barça, incluso tras el aterrizaje forzoso en Dortmund. Yo les doy la razón en parte: en Barcelona hemos vivido durante casi una década un ciclo arrollador, brillante, embriagador, sobre todo en su segunda mitad. Esto es más del doble de un ciclo deportivo de los largos. Y para seguir disfrutando, aunque no sea con la misma intensidad, habrá que tomar decisiones medulares, diga lo que diga Bartomeu.

Lo que ya tenemos seguro es que Pep y sus hombres van a entrar de cabeza en los libros de historia. Pero si no queremos empezar a vivir ya de nuestros laureles, habrá que trabajar para cambiar y afrontar la crisis no como un final sino como una oportunidad para renacer.

Tenemos mucho de qué sentirnos orgullosos. Pero la cuestión es: ¿queremos seguir generando motivos de orgullo, o nos dedicamos desde ahora a la mera autocontemplación?


Retomar el holismo... por BRACO

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El Barça de Guardiola rendía homenaje al pensamiento aristotélico cada fin de semana con la fe del creyente que va a misa todos los domingos. No, para ser justos: el Barça en sí era el homenaje. Nunca un equipo de fútbol había sido tan holístico como el de Pep. “El todo es mayor que la suma de sus partes”. El colectivismo llevado al extremo: el sistema por encima de cualquier componente. Unus pro omnibus, omnes pro uno.

Tras jugar el mejor fútbol nunca antes visto en 2011, el Barça fue desangrándose. Los jugadores celebraron el año nuevo y a partir de allí empezó un declive progresivo, lento pero seguro.

Que nadie se equivoque: el Barça siguió siendo un conjunto holístico hasta mayo de 2012; de menor calidad, pero holístico sin duda. El colectivo era primero, pese a las grotescas cifras anotadoras del mejor de todos los tiempos. De hecho, la temporada habría sido histórica si Villa no se hubiese lesionado. Sería la última de Pep.

Entonces Vilanova tomó las riendas. Sus primeros meses fueron muy buenos desde la perspectiva del resultado, claro que después lo acompañaría el juego. El equipo consiguió entre noviembre y enero jugar un fútbol de altísimo nivel, adjudicándose el título de “Barça líquido”.

No era solo Messi el desequilibrio, sino también Iniesta. El paliducho de Fuentealbilla jugó los mejores partidos que se le hayan visto y como falso extremo, posición en la que no se siente cómodo pero en la que definitivamente aporta más al equipo. Pero había una diferencia entre ese y el Barça de antes: ya no era colectivista, sino individualista. Hagamos memoria: ¿cómo llegaban los goles? Gracias a Andrés, Lionel y sus regates mágicos. ¿Había dianas colectivas? ¡Claro que sí! Aún se contaba una cantidad aceptable.

Pero vino la caída. Se enfermó Tito, el equipo aguantó un mes y se quebró. Milan, Madrid y unos cuantos más acuchillaron al campeón herido una y otra vez, sin piedad. Ese Barça cayó por dos factores: el anímico y el táctico.

Porque además del golpe que significó la ausencia de Vilanova, eso acarreó retos tácticos inasumibles: El Madrid desnudó al “Barça líquido” con presión alta. Sí es cierto que no hay fórmula mágica para escapar de ella, pero tampoco hubo amago de respuesta por parte del cuerpo técnico.

Y si lo pensamos en frío, con una simple rotación de piezas habríamos podido superar la presión o al menos intentarlo: Andrés al medio, Cesc de falso nueve, Messi a la derecha y Pedro a la izquierda. Envíos largos de Piqué o Mascherano a los extremos y c’est fini.

Como sea, ese Barça terminó. A partir de allí es que no sé a qué jugamos. Al toque… o algo así. El juego de posición quedó en el pasado. Ahora tenemos un equipo fundido que pide a gritos que termine la temporada. Tito está y no está al mismo tiempo, porque parece que nadie se da cuenta de que el cáncer es algo serio y que la quimioterapia te deja agotado por meses, física y mentalmente.

Vilanova no está en la labor de cambiar algo en una campaña que ya va a terminar. Con una Liga en el bolsillo, Tito también pide a gritos que todo termine para descansar y volver con mucha fuerza para guiar al equipo. No olvidemos que es un técnico más que capacitado; solo hace falta ver cualquier partido de la primera vuelta para asombrarnos con su inteligencia.

Habrá que hacer cambios. El objetivo de Tito será recuperar ese Barça líquido pero con otros actores: Neymar, otro central, Cesc en vez de Xavi… Los tiempos de ser un equipo largo y dejarse atacar pasaron. La temporada que viene veremos presión, líneas juntas y juego vertiginoso.

Y un equipo holístico.

"Nuestra fuerza eres tú" ¿Operación Triunfo o Remontada?... por BEM

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Antes de empezar con las "claves" de la remontada, me gustaría comentar primero una artimaña que intentó jugarle Marqués a Pedrerol durante el programa del Jueves. En la noche de Dortmund, Puntopelota incitó a la remontada desde el primer momento de programa y como ambos programas siempre compiten a ver quién fue el autor de la primera chorrada, durante el programa de ayer en Futboleros, intentaron colar un video falso de Juanma hablando de la remontada justamente al término del partido, eso sí, lo hicieron en "en plan broma" pero a ver sí cuela ...... como quién no quiere la cosa.

El "Espíritu de Juanito" no nació ni en La Caverna ni en sus vecinos, sino que nació desde el departamento de comunicación del Real Madrid y con un simple SMS al grupo periodistas. Y ¡ Voilá !, como por arte de magia, todos a cambiar el discurso. Si alguién duda de ello, basta con ver las declaraciones de Ramos al término del partido, y después de pasar por el vestuario. El Madrid se ha jugado toda la temporada al "13 Rojo" y parece que la ruleta, pese a estar algo "tocada" en los sorteos, les ha jugado una mala pasada.

La verdad que este día me estaba entreteniendo Punto Pelota, pero fue llegar Roncero y empezar con sus monólogos de dos días y cambiar a "The Walking Death", la verdad que esos zombies tienen su gracia y nunca había visto la serie, por ahora prometen ..... ¡ Recomendable !

La noche mágica fue la del Miercolés, y ver las caras de Roncero y Siro después de sus monólogos del Martes la verdad que no hay Mastercard que lo pague. También iba a incluir a Juanma Castaño en este grupo, pero la verdad que su cara me sorprendió. Sinceramente me dio la impresión de que el Madrid se la "fuma", me da que este hombre es única y exclusivamente un "Chico Mou" además de un cachondo mental ( eso hay que reconocerlo ) y solamente está en Futboleros para contar chistes y seguir los pasos de Alcaide o Carbajosa.

"Nuestra fuerza eres tú" ¿ Operación Triunfo o Remontada ?

Para no irnos por los cerros de Úbeda ..... empecemos con lo serio. Es decir, las Claves de la remontada para el Bayern y para el Dortmund, aunque siendo sincero, estas remontadas me parecen un poco artificial, les veo un origen más mediático que no desde el corazón y sentir del vestuario, ni tampoco de los aficionados, no olvidemos como fueron a recibir a los jugadores del Madrid y estos no supieron aguantar el chaparrón. Ramos, vaya por delante que parece una gran persona, explotó contra quién no le tocaba y cuando algo así ocurre, es que los jugadores van más nerviosos de lo que deberían ir a esas horas. En cuanto al Barça, ha hablado de remontar pero desde el sentido común, intentarlo, quedan 90 minutos, etc... pero no se ha vendido un "pollino" que nadie se lo cree visto lo visto en tres partidos directos.

Las Claves para Remontar ( o "Motivar ) al Dortmund

- El Espíritu de Juanito. En primer lugar dejar a Juanito que descanse en paz. Por mucho que digan que no suelen "invocarlo", me parece que cualquier aficionado que lleve siguiendo estos shows de manera más o menos intensa, habrá escuchado lo siguiente unas cuantas veces : "El Bernabéu y el espíritu de Juanito ganan partidos, el rival se queda helado ante la magia del Bernabéu ...."; ni que jugase Harry Potter. Y claro, después pasa lo que pasa, el "2-6", Zaragoza, Alcorcón, contra el Barça después del "0-2", Roma, Bayern, etc......

- A Marcar Terreno desde el Primer Minuto. Como ha dicho algún Madridista, al empezar el partido hay que hacer un par de patadas al tobillo de la estrella. ¡ Hay que ser tarugo !, con las cámaras que hay hoy en día y la lucha de la UEFA contra el juego violento, sí marcan terreno en plan "Pepe", a los diez minutos están con nueve ..... pero no en el marcador, sino nueve jugadores sobre el campo. Además, ¿ Que es eso de marcar terreno ? ..... ni que fuesen perros. Es verdad que eso se hace en algunos partidos, pero es más propio de tercera regional ( con todos los respetos que de ahí no pase ), del fútbol del paleolítico o de un solteros vs casados donde en el campo juegan varios "cornudos" ( ahí también jugué alguna pachanga, jejeje )

- ¿ Se le puede meter un 3-0 o un 5-1 al Dortmund ?. Y claro que sí, y hasta es fácil como también es posible meterles una docena, pero hay que meterlos, que el rival no te meta ninguna y que se vuelque al ataque. Que no es lo mismo defender una ventaja de varios goles, a empezar una eliminatoria nueva y que puedas meterle tres o cuatro porque este se vuelca al ataque y lo pillas en un par de contras. En otras palabras, el Dortmund va a especular con el resultado y como meta un gol antes de ir "3-0" se acabó el partido y la eliminatoria. Dicho esto, el Borussia le ha mojado siempre al Madrid en todos los partidos .......

- "Nuestra fuerza eres tú". Menudo eslogan para la remontada, sí hasta creo que se utilizó en su día para operación triunfo. No sé sí esperan que cante eso David Bisbal o Bustamante, pero me imaginó que ni uno ni otro querrá volver a sus inicios como cantantes. ¡ Que desastre de campaña de Marketting !. Y lo digo totalmente en serio, Florentino contrátame y te aseguró que algo más ingenioso se nos ocurriría, y sino a  cualquiera de mis amigos "bloggeros", que hay mucho ingenio y demasiado paro.

¡ Oh Díos Mio !, ya sé de donde salió ese eslogan. Cuando era un bebé siempre escuchaba una canción que era "Mi vida eres tú", y era de una telenovela llamada "Cristal". Sí desde luego los creadores de la frase se han apoyado en ello, tienen menos recursos que Mcgyver con las herramientas montadas.

- Alertar al rival que no van a dar la eliminatoria por perdida. En vez de dejar que pasen los días, ahora con la campaña de Marketting los "ecos" han llegado a Alemania, y la respuesta no se ha hecho esperar, literalmente Blaszczykowski: ha dicho lo siguiente "Estamos preparados para la guerra",  Seamos serios, la mejor manera de remontar es que el rival piense que estás "KO", y sino que se lo digan al gran Milán de los noventa cuando el Depor le remontó un "4-1". Ese día los blanquiazalules llegaron al descanso ganado por "4-0", y al margen del épico y histórico partido del Deportivo, la clave estuvo en que cuando el Milán se dio cuenta de que el Depor no se rendiría, ya iban perdiendo por tres o cuatro a cero. Pero bueno, cada uno lo enfoca a su manera, pero en mi opinión, alertar y avisar al Dortmund de que van a quemar todas las naves, solo ayuda a que el Borussia rebaje la euforia y en consecuencia, añadirle presión a tu equipo.

- Las Contras del Borussia .  El Borussia es un equipazo que nadie me malinterprete, quizás el rival más flojo de los cuatro semifinalistas, pero sigue siendo un rival muy fuerte.  Pero la grandeza del Borussia no radica en Reus, Lewandoski, Gotze o Hummels, sino en su patrón de juego y que todos juegan para todos. Además por la velocidad de sus interiores ( Reus y Blaszczykowski ), sumado a Gotze, le permite jugar tanto a crear juego como a aprovechar a la perfección las contras ante cualquier equipo. Precisamente por ello, y por el estilo de juego del Madrid, dudó mucho pero muchísimo, que el Borussia no sea capaz de meter un gol como mínimo ante un Madrid totalmente volcado al ataque. Sí por un caso el Dortmund consigue anotar dos goles, el Madrid tendría que ganar por "6-2". Y siendo sinceros, con los condicionantes del partido, ves más fácil que el Dortmund no anote un solo gol o que anote dos goles .... porque por lo de ahora, en tres partidos ha conseguido anotar dos goles por partido.

- Real Madrid 2 - Borussia Dortmund 2 ¡ Dos contras, dos goles comos dos soles ! . En la fase de grupos, el Madrid se jugaba también el "todo por el todo" contra el Borussia, y aunque no es lo mismo que unas Semifinales, hablar de medio escénico cuando el Borussia dejó bien claro que sabe jugar en cualquier campo, me parece algo surrealista. Estoy seguro que el Madrid lo intentará y hará un buen partido, pero los Alemanes a la contra son directos, verticales y muy peligrosos. No obviemos que el Borussia iba ganando "1-2" en el Bernabéu, pero una falta en el minuto 90 y un milagro al ver como CR dejaba el lanzamiento a Ozil, fue suficiente para que el Madrid lograse salvar al menos un empate ante los alemanes. En otras palabras, de tres partidos, dos derrotas y un empate sobre la bocina. Sí trabajase en Marketting del Real Madrid, hubiese jugado con estos resultados para dar la eliminatoria por pérdida, a lo mejor así con suerte los alemanes vendrían algo despistados y cuando se asentaran sobre el césped, el resultado podría ser de "4-0". Pero para el departamento de comunicación blanco parece que esta idea no funciona, mejor hacer una buena "taquilla" ( en mi opinión el campo se llenaría igual ) y alertar al Borussia con el "efecto Bayern", otro tópico para avisar a los alemanes que salgan con los seis sentidos desde el minuto uno. ...

- Las Claves para el Madrid. Las opciones del Madrid pasan por dos caminos, el primero es que el árbitro monte un escándalo superior al ocurrido contra el Manchester United, y el segundo, es que los alemanes no se presenten.  Sino ocurre esto, lo veo casi imposible, hasta ahora de tres enfrentamientos, dos victorias y un empate que les servía como una victoria para ser primeros de grupo.

- La verdadera clave ( Sin Bromas e Ironía ). El Madrid tiene muchas más estrellas que el Borussia, y negar eso es negar la evidencia. Bajo mi punto de vista, el primer error ha sido "aletar" al Borussia de que la eliminatoria no está casi sentenciada para el Madrid ( aunque algunos aficionados sí lo crean ). Pero llegados a este punto, sí fuese Mourinho haría algún cambio táctico, algo que no se esperen los alemanes, porque está visto que el Borussia, tiene muy estudiado al Madrid y lo que es peor, ha demostrado varias veces que son superiores como conjunto, y eso pasa factura tanto a nivel de vestuario como de confianza en el rival. No sé si jugaría un "4-4-2" en rombo o arriesgar con tres defensas, pero me parece que los alemanes van a regalarle el centro del campo y aprovecharía ello para sorprender innovando algo en el esquema. Pero siendo realistas, el Borussia lo veo marcando y es un resultado muy díficil de remontar. Y como hemos dicho medio en broma y medio en serio, o ocurre un escándalo arbitral o veo la eliminatoria sentenciada.

En resumen, el Madrid perdió la eliminatoria al igual que hace dos años ante el Barça en el partido de ida. El Madrid salió al campo como un partido más, un 4-5-1 con doble pivote defensivo, y después los mejores. Mientras que el Borussia analizó como desmantelar el ataque merengue ( Alonso y Ozil ), además de las ayudas de Blaszczykowski en defensa para tapar la banda izquierda. En resumen, lo que cualquiera que siga mínimamente al Madrid sabe que tiene que hacer. Y sí a eso le sumas un media punta creativo rápido y que se mueve como pez en el agua con espacios para surtir a sus interiores, el resultado en los tres partidos ya no parece tanta sorpresa y sino una consecuencia lógica del fútbol.

Las Claves para Remontar ante el Bayern

- El Barça ya se ha dado por eliminado. En primer lugar, el mensaje me parece lo más acertado, ojalá que el Bayern hasta hiciese alguna rotación, porque sí hay alguna posibilidad, pasa porque el Bayern llegue medio dormido.

- Los Pequeños ya no Valen ( ja, ja, ja ). Roberto Gómez, un gran artista y demagogo ( sabe como quedar bien con todos ) dijo después del "4-0" del Bayern, lo que es evidente es que el Bayern y el Madrid marcan el inicio de una nueva era dominada por el fútbol fuerza. Y ni un día después, ¡ Zas en toda la Boca !. Pero lo más gracioso es que el sentir de Roberto era el de muchos madridistas, que al igual que hace un año, se veían en la final saltándose a la torera las semifinales.

Los pequeñitos solamente necesitan descansar, recuperar algo de motivación y no es necesario renovar medio equipo. Al fútbol se juega con los piés, y aunque es evidente que el Bayern nos pasó por encima, también fue en parte porque el Barça carecía de velocidad. Aun así, hasta me he alegrado de perder de esa manera, y ningún culé se ha quejado del árbitro. Este equipo necesitaba una derrota así, para plantearse en que ha fallado y sus amigos y familiares más cercanos, deberían de decirles lo obvio y evidente, lo que todos hemos visto y es que andando no se puede ganar a un equipo de primer nivel.

- Una Noche Mágica y ......... Aunque todo el equipo tenga su día, y aunque Messi haga un recital de frabricarse un "Hattrick", sería muy díficil el clasificarnos. Los rivales también juegan y en nuestra Liga nos pensamos que vienen de paseo, pero bueno, sí existe alguna posibilidad pasa por lo comentado y que el Barça sea el de antaño.

Por suerte y por sentido común, los culés ya no nos hemos vuelto locos con la remontada. En primer lugar, porque el Bayern es superior al Dortmund, y en segundo, porque el resultado cosechado aun es peor el del Barcelona.

Pero todo tiene su lado bueno, la temporada terminará con una Liga, y el equipo se ha dado cuenta que necesita un plus de velocidad para volver a triunfar en Europa. Y en cuanto a la remontada, es mejor no ilusionarse con "pajaritos", porque ya llega con un "batacazo". El caso del Madrid es distinto, sí caen en Europa y ya no digamos en Semifinales, el resultado final de la temporada sería un desastre total. La Liga llevan meses a pié de rueda, antes de la enfermedad de Tito estaban a 18 puntos y ahora solo han conseguido recortar unos puntos, que al igual que en Champions, solo han valido para alargar la agonía. Pero hace unos días ya lo hemos comentado ..... ¡ Fin de Circo ! ( Link ) y Mou "KO" por Tito Vilanova.

El Real Madrid se acerca al Santos para encarecer el fichaje de Neymar por el Barcelona... por José Félix Díaz

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OLVEIRA SE HA COMPROMETIDO A COMUNICAR CUALQUIER MOVIMIENTO A FLORENTINO


El Santos quiere sacar dinero por Neymar ante la negativa del brasileño a ampliar el vínculo que le une con su club de toda la vida hasta el 30 de junio de 2014. Luis Álvaro de Oliveira, presidente del Santos, pretende forzar la salida del delantero en los próximos meses sabedor del precontrato que une a Neymar con el Barcelona a partir de la fecha anteriormente indicada. El Real Madrid también conoce de primera mano los movimientos de Sandro Rosell y pese a que meses atrás renunció a  su fichaje por algunos comportamientos del punta, ahora ha vuelto a dejarse ver para comprobar la fidelidad del acuerdo entre el jugador y la entidad azulgrana y conocer de primera mano la posición de Santos en este culebrón en el que se ha convertido el futuro de Neymar desde hace dos años.

Los últimos movimientos realizados por la entidad madridista que preside Florentino Pérez han servido para que el presidente de Santos se comprometa a comunicar al Santiago Bernabéu cualquier novedad que se produzca respecto a la posible y próxima salida de Neymar del club de Pelé. El Real Madrid está al acecho. Por un lado ven en Neymar un jugador diferente, capaz de marcar la diferencia y de llenar las gradas del recinto madridista. Por otro, no pasan por alto su especial carácter, ese que le lleva a ser protagonista en demasiadas ocasiones de sucesos extradeportivos.

Además, el presidente del Real Madrid no olvida que cuando todo parecía hecho, verano de 2011, la aparición de Sandro Rosell frenó lo que parecía un fichaje seguro. El precontrato que Neymar firmó con el club blanco sigue en una caja fuerte de Sao Paulo. Por la zona noble Bernabéu piensan que si ese acuerdo no se cumplió, tampoco sería extraño que hiciera lo mismo con el rubricado con la entidad azulgrana. El problema es que Rosell sí que parece tener bien atado al padre del jugador a través de André Curí, intermediario que trabaja para el Barcelona en Brasil y que se ha convertido en la sombra del jugador. Mientras el Real Madrid confiaba en Wagner Ribeiro, agente que dejó de serlo de Neymar, el club catalán lo fío todo a Curí, persona clave en otras operaciones realizadas por el Barcelona en Brasil.

La simple presencia del Real Madrid, han vuelto a hacer un completo seguimiento en los últimos días respecto a Neymar, encarecería una operación que Oliveira está empeñado en llevar a cabo este próximo verano. No hay otra opción. Se dice que en esos diez millones de euros que el Barcelona ya ha adelantado para cerrar, hay una importante cantidad de dinero que va dirigida hacia el Santos, pero al presidente le parece poco y cree que forzando la salida de Neymar, la cantidad se podría multiplicar, llegando a los 70 o 80 millones de euros.

Ayer, Muricy Ramalho, entrenador de Santos, confirmó que Neymar ya no está motivado para continuar en el campeonato brasileño. "Ya está cansado de estar aquí. Le he defendido siempre, pero ya es algo que se sale de lo normal. Le cuestionan el pelo, la novia, siempre están encima de él. Antes tenía dudas sobre su viaje a Europa, ahora ninguna".

Barcelonismo uniforme y pensamiento único... por SERGI PÀMIES

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Dividir a la afición entre pesimistas y optimistas empobrece la diversidad culé


Que los jugadores se expresen con sinceridad y sin ceñirse a los tópicos más folklóricos del fútbol se agradece. Que, en momentos difíciles, apelen a la unidad y al entusiasmo, también. Por poner dos ejemplos recientes: Gerard Piqué y Víctor Sada pidieron al público del Camp Nou y del Palau Blaugrana que acudieran convencidos. Arrastrados por un barcelonismo a prueba de bombas, sin embargo, también añadieron que los tibios y los pesimistas se quedaran en casa o cedieran su asiento a alguien más comprometido.

En las últimas semanas, y con el ambiente enrarecido por el juego del equipo contra el Milan, el PSG y el Bayern, esta tendencia a desacreditar a los llamados "culés pesimistas" tiene más predicamento que nunca. Para directivos, técnicos y jugadores, la incondicionalidad es una táctica comprensible y, desde su punto de vista, legítima. Pero también es la manera de confundir sentimientos, de eliminar matices y de querer agruparnos peligrosamente alrededor del tótem de las emociones (en este caso no se puede hablar de pensamiento) únicas.

Dividir a los aficionados entre pesimistas y optimistas, buenos y malos, empobrece la diversidad barcelonista. Y todavía resulta más absurdo intentar, con la excusa del entusiasmo institucionalizado, crear un estado de opinión que criminaliza o desprecia los sentimientos de una parte de los socios y aficionados. Por la misma regla de tres, lo más coherente sería instaurar penalizaciones económicas contra los que no demuestren una adhesión uniforme a los principios del optimismo-cofoisme (sería tan injusto como sancionar a los optimistas).

Lo curioso de este debate es que casi siempre es la expresión de una realidad que se cuece entre los que participamos en la opinión publicada. Luego, a la hora de la verdad (cuando el Chelsea o el Inter nos eliminan o cuando el Madrid gana la Liga), el Camp Nou suele reaccionar con sentido común y generosidad (cuando no es así, es porque existen razones objetivas para manifestar indignación y discrepancias).

Lo que pretende el maniqueísmo entre pesimistas y optimistas es tan antiguo como cagar sentado: maquillar una realidad compleja, con síntomas que se acumulan y provocan una preocupación que no sólo es la expresión de un barcelonismo tan respetable como cualquier otro sino de un modo de entender la realidad como es y no como nos gustaría que fuera. Entre el catastrofismo caricaturizado como una expresión del demonio desestabilizador y la artificialidad de la grada de animación hay miles de términos medios. Son posiciones intermedias que interpretan la militancia no como una oportunidad para creer ciegamente en milagros y santificaciones sino que participan con un compromiso que no excluye la crítica (que la directiva tolere una pancarta insultante y no pida excusas por ello), las dudas (ante el rendimiento de algunos de los grandes fichajes de las últimas temporadas) o la preocupación (por la vulnerabilidad física y psicológica del equipo).

Y eso no impide que esos mismos aficionados puedan sentirse simultáneamente felices por estar a punto de ganar una Liga que, por las circunstancias vividas, tendrá que ser, a la fuerza, distinta a las anteriores. Ni que pasado mañana no piensen ceder su carnet (por no ser lo bastante optimistas, ¡la Virgen!), ni tengan previsto alquilar su asiento a nadie sino que acudirán al Camp Nou con ganas de aplaudir y de animar hasta la afonía, soñando con un resultado que nos lleve a la final de Wembley o con una victoria insuficiente pero reconfortante. Pero también con el temor a que, por razones más racionales que sentimentales, clasificarse resulte casi imposible y, desde la ortodoxia deportiva, puede que inmerecido.

Mourinho contra Mourinho... por DIEGO TORRES

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El mánager del Madrid necesita renunciar a los planteamientos conservadores que le caracterizan si mañana en el Bernabéu pretende remontar el 4-1 encajado ante el Dortmund


José Mourinho afrontará mañana su sexto partido de semifinales de Liga de Campeones con el Madrid. En parte porque los anteriores cinco encuentros que ha dirigido han resultado en fracaso, en parte porque el rival, el Borussia Dortmund, le cederá el balón de nuevo, y en parte porque el 4-1 encajado en la ida le obliga a una respuesta contundente, el mánager se encuentra ante una disyuntiva casi existencial. Probablemente sea su última oportunidad de alcanzar una final de Champions con el Madrid y la disposición atacante ineludible que requiere la remontada le empuja al conflicto interior.

Los jugadores madridistas creen que el Dortmund los esperará atrás y los presionará en su campo obligándoles a mover el balón en espacios reducidos para generar situaciones. Ante esta realidad será prácticamente imposible contragolpear. Necesariamente, Mourinho deberá revisar sus principios, las leyes que cimentaron su trabajo durante los últimos tres años en el Madrid. Deberá renunciar a ese planteamiento especulativo que le ha identificado como el abanderado mundial del fútbol de contragolpe. Ese modo de preparar los partidos que le sirvió frente al Barça le perjudicó en la última visita al Westfalenstadion.

El miércoles pasado, cuando reunió a sus jugadores antes del partido, Mourinho puso el énfasis en el peso del objetivo a perseguir: un gol fuera de casa les daría una ventaja crucial en la eliminatoria.

Las charlas de Mourinho en Dortmund recrearon un panorama sencillo. Como casi siempre. La redondez de los mensajes, la claridad de la idea expuesta, ha sido un punto fuerte del mánager y los futbolistas saltaron al campo persuadidos de que la misión que les encomendaba podría cumplirse sin excesivos problemas. Bastaría con defender en bloque medio-bajo, esperando a que el rival cometiera algún error para golpear con dureza a la mínima ocasión. La fórmula que tantos resultados le ha proporcionado al Madrid en la Liga hizo efecto en el minuto 43 cuando Cristiano marcó el gol del empate (1-1) tras una entrega errada de Hummels. Fue el gol que, según los planes de Mourinho, allanaría el camino a Wembley.

En el descanso, el mensaje del mánager fue acorde a su satisfacción. El técnico recordó a sus hombres que el 1-1 era importantísimo y que ahora deberían redoblar las vigilancias defensivas y cerrar líneas. Todos entendieron que tenían que dar unos pasos atrás para conservar el resultado. Fue un error. En los 45 minutos restantes el Dortmund consiguió un parcial favorable de 3-0, marcando el 2-1 y el 3-1 dentro del área, consecuencia del repliegue defensivo impuesto. Resultado insólito para una semifinal de Champions. El 4-1 final constituye prácticamente una sentencia condenatoria para el Madrid que, para salvarse, se impone la invocación del espíritu de Juanito, todo coraje, antítesis de la prudencia defensiva que predica Mourinho.

Más allá de la vocación propagandística de los vídeos y las consignas que emite el club evocando las remontadas gloriosas de la década de Juanito, Camacho y Santillana, el 4-1 del Westfalenstadion supone una ocasión de revisión ideológica. La única manera de salir del enredo parece coincidir con la práctica de un fútbol que, para el paradigma de Mourinho, ha sido sinónimo de anatema.

Florentino Pérez sostiene desde 2010 que contrató al mejor entrenador del mundo y le encargó la conquista de una Champions como prioridad para recuperar la cumbre del fútbol europeo. Pero en los cinco partidos de semifinales disputados hasta ahora el talento táctico de Mourinho no ha resultado determinante. Contra el Barça en 2011, el Madrid perdió 0-2 en el Bernabéu después de especular con Pepe en el trivote, y, más valiente, empató 1-1 en el Camp Nou. Contra el Bayern perdió 2-1 en Múnich después de intentar defender el 1-1 con Marcelo en el trivote, y ganó 2-1 en Chamartín antes de caer en los penaltis. La semana pasada en Dortmund, perdió 4-1 y condicionó su pase a la final a una remontada quimérica. El balance de goles a favor y en contra del Madrid de Mourinho en semifinales de Champions es desalentador: 5-10 en contra.

No son pocos los jugadores del Madrid que cuestionan a su mánager por su conservadurismo en los momentos decisivos. La última medida perjudicial que señalan los futbolistas fue situar a Modric en el medio campo (trivotando) en Dortmund, cosa que obligó al desplazamiento de Özil a la derecha, donde pierde capacidad creativa.

A fuerza de tomar precauciones, este Madrid se ha abocado a asumir un riesgo máximo. Es lo que sucede cuando se impone ir a buscar al Dortmund a su campo con Lewandowski esperando el contragolpe. El escenario soñado por Mourinho, pero al revés.

La defensa hipoteca al Barça... por RAMON BESA

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Los azulgrana han concedido los mismos goles que hace cinco temporadas (35), circunstancia muy peligrosa ante un Bayern Múnich que funciona mejor fuera que en su casa


Al Barça le ha salido a cuenta intercambiar goles para liderar la Liga y asegurarse prácticamente el título: cuando faltan cinco jornadas necesita cinco puntos para cantar el alirón. Nadie le va a quitar el título de pichichial equipo (101 goles) ni a Messi (44, 31 en 20 jornadas consecutivas, a seis del récord de la temporada pasada). Valdés, por el contrario, no volverá a ganar el Trofeo Zamora porque los azulgrana han encajado ya 35 tantos, una cifra que reporta al total de la temporada 2008- 2009 cuando Pep Guardiola y Tito Vilanova debutaron en el banquillo del Camp Nou.

La continuidad del Barcelona en la Liga de Campeones ha quedado precisamente hipotecada por su agujero defensivo: tomó dos goles en Milán (2-0) y París (2-2) y cuatro en Múnich (4-0). Aunque después fue capaz de remontar contra los italianos (4-0) y empatar con los franceses (1-1), el partido del próximo miércoles contra los alemanes en el Camp Nou se presenta mucho más complicado, sobre todo por la solvencia de la zaga del equipo de Heynckes, cuyo balance goleador en la Bundesliga es mucho más equilibrado: 90 a favor y 14 en contra, 11 en su estadio, solo tres en cancha contraria, mientras que en la Copa de Europa dejó a cero al Juventus y fue sorprendido por el Arsenal en el Allianz Arena (0-2) después de ganar en Londres (1-3). El Bayern, por tanto, ha sido peor enemigo como visitante que en su feudo, un cartel que deberá tener muy en cuenta el Barcelona.

Al equipo de Vilanova le cuesta tanto controlar los partidos como cerrarlos. El sábado volvió a conceder un gol en los últimos minutos en San Mamés como ya había ocurrido contra el Celta, Real Sociedad, Málaga y Valladolid. Desde que arrancó la temporada, el Barça tiene un serio problema con la defensa, no solo por las múltiples lesiones sino también por la falta de un sistema estable y de cierta fiabilidad. La entrada de Alba como lateral izquierdo, demarcación que habitualmente ocupaba Abidal —capaz de ocupar tanto la banda como el puesto de central zurdo—, ha aumentado las prestaciones ofensivas y las concesiones defensivas. Tanto a Alba como sobre todo a Alves les cuesta tapar las jugadas que se producen a sus espaldas y mezclar con su respectivo central.

Y precisamente la respuesta de los distintos centrales tampoco ha sido muy solvente. Al capitán Puyol le torturan las lesiones y a Mascherano se le da prácticamente por descartado para el miércoles, ausencia que se une a la ya sabida por sanción de Jordi Alba. La coyuntura favorece la alineación de Bartra y Adriano. Aunque no descartada, la opción de Abidal, titular en San Mamés, parece más compleja, después de que tuviera que ser sustituido en el descanso por molestias.

Las alineaciones tampoco ayudan a interpretar las intenciones de Vilanova. Así, sorprendió que Adriano jugara de central y no de lateral en Bilbao, cuando el miércoles tendrá que sustituir a Alba —salvo que se recurra a Montoya— y que Bartra, titular en Múnich, fuera suplente. Y ya se sabe, por otra parte, que los acompañantes de Messi en ataque suelen ser muy variables. Últimamente sorprenden las ausencias de Tello y la perseverancia en Cesc.

Los azulgrana deberán ajustar sus mecanismos para poder competir con el Bayern, cosa que no hicieron en Múnich, sometidos por un rival exuberante. Necesitan equilibrar el equipo y ampliar el trabajo de campo, sobre todo para saber combatir mejor al contrario —especialmente en los córneres y las contras— y plantear nuevas soluciones en ataque. Más que alegría, el partido demanda chispa y finura, frescura e intensidad y, sobre todo, consistencia.

La marca de la remontada... por SANTIAGO SOLARI

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Las semifinales de Champions confirmaron nuestros temores. Parece que durante todos estos años de dominio español, basado en el toque y la movilidad, los alemanes no se quedaron mirando embelesados los rondos y las Copas. No estaban durmiendo. Estaban encerrados en un laboratorio secreto (del cual el footbonaut, ese cubo de pases que mandó montar Klopp en Dortmund, es solo una muestra) dedicados a tiempo completo a la hibridación. De otra forma es inexplicable Schweinsteiger. Un tipo que no solo acierta el 85% de los pases, a lo Xavi, sino que luego no deja que Xavi juegue, que es como haber aprendido a hacer crochet y lanzamiento de martillo al mismo tiempo. O Reus, que defiende pegado a Gündogan con la misma agresividad que luego encara en el mano a mano. O Lewandowski, que gana todo por arriba desde su metro noventa y después es capaz de girar y definir en una milésima de segundo con tres toques de cirujano, pisada incluida.

Bayern y Borussia pasaron por encima de Barça y Madrid en todas las líneas y en casi todas las facetas del juego. Para eso ambos dieron una clase de versatilidad. En el Allianz Arena, el Bayern aisló a Xavi y tapó, con Müller y Gómez, la salida de Busquets. Con Iniesta desconectado en la izquierda e incapaz de penetrar el doble pivote central, el Barça nunca encontró a Messi y debió resignarse a una posesión lejana y estéril. Solo alcanzó a tirar una vez al arco en 90 minutos mientras los bávaros llegaban de todas las maneras posibles: por arriba, por abajo, elaborando desde atrás, de contragolpe, con pelotas paradas, por fuera y por dentro. Y es que no hay nada más difícil que enfrentarse a un equipo que, con semejante talento, puede decidir a lo que juega según la circunstancia. Excepto contra el Arsenal en Londres, el Bayern Múnich había dominado la posesión en todos sus partidos de este año. Sin embargo, se siente igual de cómodo sin ella. Contra el Barça no se dedicó a discutir en un terreno en el que se sabía en desventaja, sino que le negó los caminos más obvios y luego lo atacó con violencia por los costados con Robben, Ribéry, Lahm y Alaba; y por el centro con Müller, Gómez y Schweinsteiger. Si no veían espacios para la contra o el juego directo, ni Dante ni Boateng apresuraban la salida: esperaban la presión alta (otro dogma que limita al Barça) para, recién después, saltar las líneas buscando a Gómez e instalar la pelota en tres cuartos.

Solo en el tiempo de posesión de la pelota ganó el Barca que, al igual que el Madrid, al no encontrar profundidad luego se pasó el partido entero a remolque, buscando dar respuesta a las iniciativas del rival. Eso hizo desde el principio Mourinho, que buscó reforzar el centro con Modric para darle aire a Alonso. Con la posición baja del croata y con Özil escorado en la derecha, el Madrid se quedó huérfano de una salida rápida y clara por detrás de Bender y Gündogan, un clásico en sus transiciones rápidas. Esa ausencia a su espalda la aprovechó Gündogan en las salidas, donde al Madrid no le alcanzaba con la esforzada presión de Higuaín. Vía Hummels, Subotic, Gündogan… el problema se trasladaba rápido a la zona de Ramos. Allí, cerca de Reus, se dejaba caer Götze que, con las subidas constantes de Schmelzer, cerraban un triángulo que desfondaba a Özil y que no podía controlar Khedira. Sin líneas rápidas de pase para Xabi, los intentos del Madrid se reducían a combinaciones entre Coentrão y Cristiano por la izquierda; o a búsquedas forzadas, como la jugada previa al primer gol, cuando Modric quedó detrás de la línea de Alonso que, en el afán por avanzar, forzó un pase a Khedira y cedió una contra que casi termina en gol de Reus. Con Alonso incómodo y Özil aislado, el Madrid cedió a la prolija presión alemana: un minuto después, Xabi buscó con Higuaín otra línea tapada. La respuesta fue tan rápida como todo lo que hace el Dortmund. Pelota afuera, centro y gol de Lewandowski. El primero de cuatro.

Es cierto que, igual que la motivación, los detalles tácticos por sí solos no explican los partidos. Los alemanes fueron mejores también en lo técnico e impusieron un ritmo alto y continuo, de agitación uniforme, como lo demuestra la pasada de Alaba para el cuarto gol del Bayern, que dejó al Barça sin ánimo siquiera para armar un discurso de remontada.

Una remontada con la que tiene derecho histórico a soñar el Real Madrid, invocando las fuerzas de Juanito, de Santillana, de la Liga de 2007 y de otras mil batallas épicas. Bastaría para lograrlo con salir a jugar cargados de pasado, con esa fe y ese espíritu de gesta de las inolvidables remontadas a Inter y Borussia Mönchengladbach. Eso y, de ser posible, no perder la marca en los córners.


Nuestra fuerza eres tú... por JOAQUIN BROTONS

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El eslogan que se ha inventado el autor intelectual de los pensamientos de Florentino para animar la remontada frente al Borussia de Dortmund, me parece efectivista, a la par que ridículo y esperpéntico. Y no me refiero al doble juego que permite la frase con el elevado e insultante precio de las entradas, o al desafortunado spot que han grabado los jugadores, en penumbra y sin convicción. El problema del martes no es el apoyo del público porque el madridismo nunca ha dejado solo a su equipo. La grada puede empujar con su aliento y sus cánticos, pero la grada no gana estos partidos. El trabajo le corresponde a los mismos que salieron vapuleados hace menos de siete días del Signal Iduna Park, en Dortmund: los futbolistas y el cuerpo técnico. Florentino Pérez ha construido un equipo con un presupuesto anual de 500 millones de € y fichó a un entrenador, al que le paga más de 12 millones de € para ganar títulos y sobre todo para ganar la Décima. Ahora es el momento de comprobar que la elección y todas las cesiones de poder realizadas fueron acertadas.

Decía Pietro Fanna, centrocampista del Inter, que vivió una remontada del Real Madrid de la Quinta, en el Bernabéu, en abril de 1986 que: “El público empujó con una fuerza igual a la de los futbolistas. Fue grandioso, pero el Madrid no pasó por el ímpetu de la grada, sino por sus grandes jugadores, por sus goleadores y por lo que el árbitro le consintió”. Es el análisis de un futbolista que conoce y disecciona las claves de un partido. Las posibilidades de que Real Madrid o Barcelona consigan remontar sus eliminatorias son utópicas, pero no imposibles porque esa palabra en el fútbol carece de sentido. Invocar al espíritu del malogrado Juanito, a las imágenes en blanco y negro y a la caspa que tanto disgusta a Florentino parecen más un recurso de marketing que un análisis profesional de la situación deportiva del equipo. Lo que el Real Madrid necesita no es una grada enardecida, se trata de otra cosa. Estamos hablando de las claves que hicieron posibles aquellas históricas remontadas: la unión del madridismo, justo lo que ahora no existe. En aquella época no había división entre afición, equipo, banquillo, palco y prensa. No existía la ruptura actual, no había buenos y malos, tampoco pseudomadridistas y mourinhistas, todos eran uno.

La política de comunicación del Real Madrid, desde la llegada de Mourinho es inexistente, deslavazada y errónea. No había mejor forma para crear un ambiente de remontada, de unir al madridismo que utilizar al líder espiritual tras la victoria en el Calderón. Los videos virales son herramientas inútiles en el fútbol, porque el fanatismo sustituye a la captación de nuevos elementos. La sarna que le provoca a Mourinho la prensa le hizo desaparecer el sábado por el túnel de vestuarios, segundos antes de acabar el partido. Ese era el momento oportuno para haber iniciado la cuenta atrás. No hacía falta escuchar al monocorde Karanka hablando del pasado y de la victoria en terreno indio. Era el momento para escuchar el monólogo del profeta y enviar el mensaje de unión al madridismo.

Me gustaría creer en la remontada del Real Madrid y la eliminación del Borussia de Dortmund y para ello sería suficiente utilizar el argumento expuesto por Jorge Valdano: Marcando un gol cada 30 minutos, en 90 minutos habremos marcado tres y estaremos clasificados. Ojalá en el fútbol fuera todo tan simple, incluso pensar que los alemanes no va a marcar en el Bernabéu con un equipo rápido, vertical y con un auténtico especialista como Lewandowski. Para el Real Madrid y para su coronel José Mou “Custer”, hay un “Littel Big Horn” en el horizonte inmediato. Está rodeado de alemanes que “le pintaron la cara” en Dortmund. Sus fieles soldados, cada vez menos fieles, dudan sobre la posibilidad de contener las embestidas de los jóvenes indios que visten de negro y amarillo. En el bando blanco todos confían más en la fuerza de Cristiano (entre algodones) que en la unión del colectivo. Aquella batalla de las “Guerras Indias” se saldó con la muerte de Custer y de sus hombres, en una derrota inesperada.

Seamos positivos y utilicemos un eslogan inteligente: “Impossible is nothing” que además Adidas se lo hubiera cedido con gusto al autor intelectual de los pensamientos de Florentino.

La chispa adecuada: Messi desencadenado... por RUBEN URIA

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A caballo entre las esencias del modelo que defiende y el entorno pesimista que le acecha, el Barça apura su última oportunidad para hacer posible lo imposible. Su trayectoria en esta Champions es una historia de renglones torcidos. Recibió un primer aviso ante un Celtic jurásico, coqueteó con la eliminación tras la pájara memorable de San Siro y recurrió a su Cid Campeador con el diez a la espalda para superar al PSG. Después llegó el siniestro total de Múnich y nadie podría decir que aquella derrota fue un simple accidente. El grosor de la derrota, la más severa desde Atenas, ha sido suficiente para que los agoreros del fin de ciclo asomasen la patita al ver cómo el Barça se despeñaba.  Llevaban años esperándolo.

Ahora este Barça, ni mejor ni peor que el de Guardiola, sólo diferente, se enfrenta a su desafío más extremo. Hasta hoy ha superado cada reto. Apoyado en su estilo de juego y el compromiso del vestuario, este grupo ha salido ileso de cornadas de diferente trayectoria. Siempre lejos de su mejor versión, ha superado eliminatorias que parecían perdidas, ha mantenido la inercia ganadora en Liga, ha sobrevivido a una plaga de lesiones, no se ha deprimido por el anuncio del trasplante de hígado de Abidal y también ha sobrevivido a cien días de vacío de liderazgo, porque su entrenador combatía contra la enfermedad.

Ahora este Barça, que quizá no juega tan bien como antes, ni es tan regular como antes, ni inspira tanto respeto como antes, se enfrenta a una sensación nueva: explorar sus propios límites. Su reto, hacer posible lo imposible: ganar al Bayern por un margen de cinco goles. Para lograr una gesta de esa dimensión, tendrá que superarse a sí mismo, saber hasta dónde puede competir, comprobar cómo de fuertes son sus convicciones y determinar hasta qué punto está dispuesto a sacrificarse para ganar después de haberlo ganado todo.

Abrazado a su cuarta Liga en cinco años, siendo consciente de que tiene que escalar el Everest sin oxígeno, el Barça debe convencerse a sí mismo de que sólo los que creen que algo es posible conquistan lo imposible. Vilanova se ve con fuerzas para seguir, confía en sus jugadores y ellos, lejos de su mejor momento, están obligados a dejar su último aliento en un triple salto mortal con tirabuzón y sin red. Enfrente tendrá al Bayern. Al ogro bávaro de presente dorado (Heynckes) y futura dinastía (Guardiola). Una fusión del viejo gen competitivo alemán y el nuevo talento germánico. Un firme candidato a instaurar un nuevo orden. Nadie, ni siquiera el mejor Real Madrid, golpeó al Barça con tanta autoridad.

El Barça no está programado la épica, pero está en disposición de recordar todos los argumentos que le han llevado hasta esta semifinal. Suficientes para saber que, si está dispuesto a exprimirse, a vaciarse en la tarea y ofrecer lo mejor de sí mismo, puede tratar de poner en marcha el intento de descabalgar el poderío del Bayern. No lo logrará a golpe de corneta, ni con un fútbol propio del Séptimo de Caballería, sino con su inimitable estilo: con la pelota. Eso sólo será posible si el Barça recupera sus esencias de modo radical: en vez de ser largo, juntar líneas; en vez de destensar la recuperación de la pelota, robar muy arriba; en vez de aglutinar hombres por el centro, recuperar el uno contra uno por banda; en vez de pensar en el daño que pueden recibir, pensar en el daño que pueden provocar.

Sin renunciar a su estilo, con Tito en el corazón pero con Pep en la cabeza, este Barça aún puede superarse a sí mismo y ofrecer un partido inolvidable ante el Bayern. Enfrente estará un equipo superlativo con una renta apabullante, pero los alemanes son conscientes de que pueden trazar un plan que nunca falle y un tal Messi puede hacerlo fallar. Y esa sensación, ese vértigo, ese miedo, es el que hay que explotar. El Barça tiene que volver a sus orígenes. Buscar arriba, empujar desde atrás, embotellar al rival. Con riesgo en defensa, bola al piso y una atmósfera que acompañe. Pero en ese desafío por hacer posible lo imposible, cuenta con la chispa adecuada: Messi. Su zurda atómica, en el ecosistema apropiado, desataría la operación conmoción y pavor. Que nadie se engañe: el Bayern sabe parar cualquier cosa, menos a un Messi desencadenado.

Víctor Valdés... ¿qué pasa?... por CRISTIAN PULINA

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18 de Enero. Víctor Valdés pasa olímpicamente de las peticiones del que ahorra con el tóner y pide a sus agentes que haga pública su decisión de abandonar el Fútbol Club Barcelona.

Casualidades de la vida - o no, depende de quien lo mire -, Valdés da pocas explicaciones y estas van en una línea parecida a la de Guardiola: "ganas de cambiar de aires (cansancio) ". El representante de Valdés y su padre, ni siquiera se presentan a negociar. En su día, el del tóner propuso la venta de Valdés cuando Joan Laporta era presidente, y desde luego es muy, pero que muy raro, tanto que no hayan querido escuchar siquiera la propuesta del Barça, como especialmente que les diera por anunciar la marcha del jugador en el momento más dulce de la temporada, pasando de la petición realizada por el del tóner.

Ese momento dulce se comenzaba a terminar horas después. Derrota ante la Real Sociedad, e inicio de una serie de fracasos en Liga, Copa y Champions con el equipo ofreciendo unas sensaciones futbolísticas radicalmente opuestas a las exhibidas en los meses anteriores.

No terminan ahí los "sucesos extraños" de Víctor Valdés. El pasado Martes en Münich juega con una camiseta sin publicidad - la misma que impuso el del tóner -, y en el día de ayer rechaza el brazalete de capitán cuando Xavi sale del campo, razón por la que tiene que ser Messi quien lo porte.

¿A qué viene toda esta serie de actitudes y decisiones tan "innecesariamente rebeldes"?, ¿Por qué la mala racha del Barça comienza justo a partir del anuncio de que Víctor Valdés se va? Lo que parecía un bajón físico como los producidos en otras temporadas, ha terminado por convertirse en una constante donde sobre todo llama mucho la atención ver como algunos jugadores parecen totalmente "idos" en el campo, provocando obviamente la ruptura total y absoluta del equilibrio táctico-colectivo en el equipo.

¿El problema es físico o emocional?, ¿Qué ha pasado en el mes de Enero?, ¿por qué tenemos a Abidal enterándose de si renueva o no a través de ruedas de prensa y medios de comunicación y nadie habla con él cuando el vicepresidente deportivo del club había prometido que "Abidal renovaría en cuanto jugara"?

Sí, mucha insinuación por mi parte, y pocas conclusiones, pero lo que no se puede negar es que como diría José Mourinho: "Pasan cosas..." y lo peor de todo es que aquí los desinformadores, sólo nos hablan de Neymar...

El último regalo de Van Gaal... por MOREN

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Muy pocos le han dado más al fútbol de nuestra época que Louis Van Gaal. Y no sólo por lo que fueron sus equipos mientras él los dirigió, sino por lo que dejó después. Sin ir más lejos, tres de los cuatro semifinalistas tienen, en mayor o menor medida, influencias del holandés. El tiempo que pasó con Mourinho en el cuerpo técnico del Barça, la admiración de Guardiola por su Ajax o sus años en Baviera, pueden rastrearse en la actualidad de Madrid, Barça y Bayern Munich. Pero más allá de esto, Van Gaal quedará como uno de los que más regalos nos ha dejado en forma de grandísimos jugadores. Todos nombres ineludibles del fútbol de los últimos años.

Seedorf, Davids, Overmars, los hermanos de Boer, Kluivert…

Xavi, Puyol, Víctor Valdés, Iniesta… -quizá Louis deba ser reconocido como otro de los padres de los éxitos de la selección española-.

Su última parada a nivel de clubs fue en Alemania, en el Bayern, y como no podía ser de otra manera, en el Allianz dejó otro regalo para el fútbol. Concretamente dos.

Cuando empezó a sacar la cabeza, Schweinsteiger era un jugador de banda. Volante o extremo, de buen pie derecho y desborde interesante, su juego se desarrollaba cerca de la cal. No era nada del otro mundo y no apuntaba a mayor recorrido que  el de ser jugador de complemento. De esos que en el gigante alemán serían cola de león y a los que jugar en equipos de menor potencial les podría valer la llamada del combinado nacional. Un jugador, pues, muy distinto al que es hoy. Pocos imaginábamos que aquel joven que apuntaba a juguete roto, algún día sería líder y alma de un Bayern aspirante a todo, y pieza básica de la siempre poderoso selección germana. Quizá sólo lo imaginó Van Gaal.

El holandés, gustoso de mover a jugadores de su demarcación, le dio el mediocentro, y con esa decisión cambió la carrera de aquel jugador de banda y quién sabe si la historia del Bayern y del fútbol alemán. En el partido de ida, él hizo sentirse grande al Bayern, con sus aproximaciones a la zaga para comandar una salida de balón de incalculable refuerzo anímico para su equipo. Prácticamente como central izquierdo, fue líder y cerebro. Pese a formar en la teórica posición del mediocentro, Bastian, tanto en el Bayern como en la selección, juega como un interior. Quizá ahí ambos combinados tengan un problema, pero sería de atrevidos afirmar categóricamente que no les compensa. Sólo los dos españoles pueden discutirle la supremacía en su posición y tanto en el club como en la selección, encarna esa jerarquía en blanco y negro siempre atribuida a los grandes equipos germanos.

Amigo de las reconversiones, si por algo será siempre ejemplo el bueno de Louis será por su valentía a la hora de mirar hacia la cantera. Pese a lo que se podría adivinar por su carácter, muy, muy pocos como él para acompañar a los jóvenes. Así, cuando aterrizó en Munich, poco tardó en darle la alternativa a un joven Thomas Müller. Primero como interior en el 4-3-3 del holandés, no tardó mucho en migrar a la banda derecha. Desde ahí sería pieza básica y puntal de la selección alemana en el Mundial de Sudáfrica. En el Bayern, sin embargo, la presencia de Robben y Ribery siempre le ha puesto la convivencia algo más difícil. Si una de las lesiones de Arjen deja libre el extremo derecho, ahí que va Thomas, pero con todos disponibles y tras la renovada importancia de Kross, su plaza no es indiscutible. Llegado el partido clave, no obstante, por el bien de su equipo, mejor que no falte Müller. Pocos poseen su puntualidad en las momentos clave. Hace una semana él abrió el marcador. No falla.

LA TRIBU MERENGUE DEL FIN DE CICLO… Y LA GRAN CASCADA... por Carlos de Zaragoza

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REFLEXIONES DESDE EL EBRO


El chiste es tan malo como viejo. Un tipo pregunta por el Gran Jefe de una tribu comanche y le contestan que está en “la gran cascada”. ¿Y dónde está la gran cascada?....”No hay un lugar fijo, unas veces se la casca aquí, otras allá….”

No tengo idea de lo que pasará en los partidos de vuelta de la Champions, pero sí que puedo certificar que esa parte de la tribu merengue del fin de ciclo, que tiene “gilihechiceros” como Roncero, Siro, Juanma Rodríguez… etc., se encuentra en la misma tesitura que el Gran Jefe del chiste… Y hay que descubrirse ante tal alarde de priapismo mental, porque el Real Madrid es el único equipo grande de Europa que ostenta el espectacular record de no haber hecho ni un solo partido brillante en campo europeo alguno en los últimos 50 años…. Por no hablar de su trayectoria en Alemania, que podría firmarla el Vaticano F.C. o el Sporting de Vaduz (Liechtenstein)  ¡Y siguen empalmaos hasta tal punto que están convencidísimos de que su Real Madrid es mejor equipo que el Dortmund!... Total, sólo les ha bailao 270 minutos en tres partidos… Tremendo. No se sienten concernidos por haber sobrevivido al Manchester vía atraco arbitral. Ni por haber estado a merced de un Galatasaray que, sufriendo tres o cuatro navajazos arbitrales a traición, les generó no menos de 10 ocasiones de gol claras, incluidos 3 penaltis al limbo.

Y mira que llevan años con todo de cara… Sorteos, árbitros, comités, potra,… Pues ni por esas. Aparte de ese juego impersonal e inane de cualquier equipo que entrene ese zote que es Mourinho, resulta que por mucho músculo que proponga, necesita casi siempre que el portero haga varias de las paradas de su vida para no encajar un mínimo de 4 o 5 goles por partido. Es el peaje de tener un mediocampo vulgar, y un entrenador que prefiere hacer correr a Ozil como un perro para robar balones, antes que plantearse que el balón se parió esférico para hacerlo rodar por el pasto con el mayor arte posible. Pero eso no puede hacerlo Mou, se lo prohíbe el doctor.  De ahí tanto vídeo repe en el que el protagonista de la peli es el referé, y la actriz principal es la chorra.

El miércoles salieron al campo con el subidón de ver que el Barça había sido superado en 90 minutos por primera vez en muchos años. Y demostraron que, ni con todo a huevos, consiguen siquiera avanzar un palmo en esa distancia abismal que los separa de los blaugrana. Y ya pueden probar a poner cataplasmas mentales equiparando su debacle a la del Barcelona en Múnich, que no van a conseguir que la hinchazón baje, porque la cosa no cuela más que ante lerdos y cándidos. Ese baño sufrido en Dortmund no se seca usando al Barça como toalla. Han sido dos derrotas exageradamente diferentes, y explicaré por qué:

El Madrid y CR7 están en su mejor momento físico, todo lo contrario que el Barça y Messi. Se demostró en el hecho de que, ante la inoperancia absoluta en ataque de ambos, al menos los blancos intentaron un par de arreones para acumular gente en el área contraria esperando la típica flauta que les suena casi siempre. Los culés no pudieron apenas ni aproximarse.

El peor Barça en seis años no cedió el terreno ni la bola en Múnich. El primer gol fue un churro a balón parao. El segundo gol fue un asesinato estilo París, a “fuera de juego armado”… en otro córner. Solamente en los 10 minutos siguientes a ese 2º gol canalla se vio un Bayern que, oliendo la sangre, fraguó dos o tres contras con mucho peligro, pero siempre esperando atrás y nunca sobrándose en combinaciones. Esos minutos, culminados en el escandaloso bloqueo de Müller a Alba para el 3-0, dieron la falsa sensación de que el Barça estaba siendo un pelele ante el Bayern, y no es verdad. De hecho no vi ningún alemán plantarse ante Valdés. Vi un equipo azulgrana inofensivo en ataque (sólo Messi da la talla hace años), y en el banquillo, al que masacraron vía balones aéreos y decisiones arbitrales. Por si fuera poco, el 4º gol, que fue el único claramente legal, y la única jugada de gol en combinación del Bayern, se produjo con Alves lesionado fuera del campo, y fue por esa banda que armaron la contra. Por tanto, alabando la fuerza y convicción de los de Heynckes, y su sobrada capacidad físico-táctica para esterilizar una delantera que venía tocada de ala, es obvio que el Barça fue muy inferior físicamente, pero no renunció nunca al dominio del balón, por estéril que fuera. Y no hay derecho a que te claven al menos dos chicharros de forma criminal y te aboquen a un milagro casi imposible para ir a Wembley. on 2-0 las hostias se las daríamos igual al Barça... pero los bávaros vendrían con el culito algo más prieto.

Al Madrid, sin embargo, le humillaron con puro fútbol, con la pelotita. Entregó el balón y el terreno. Le bailaron tanto en corto como en largo, en combinaciones y en desmarques, en velocidad y en talento, con balón y sin balón. No les cayeron siete porque Diego López sigue sembrao y el del pito señaló un fuera de juego inexistente que era el 5-1… con vaselina. Y metió un golito que les brindó Hummels, que ejercía de filántropo donante. Se demostró por tercera vez en esta Champions que no menos de siete u ocho borussers serían titulares con la minga en el Madrid… porque la tocan mejor, y a muchas más rpm. Tan simple como eso. No ha tenido el Madrid un medio campo de la categoría de Gundogan, Bender, Götze y Reus desde tiempos inmemoriales. Y nadie ha visto ni verá jamás un partido a CR7 siquiera comparable al que se marcó Lewandowsky. Y no hablo de goles, sino de exhibición de puro talento. La clase no se adquiere en el gimnasio.

El resultado es el habitual. Quien de verdad mereció salir apeado ya de este viaje, ese equipo “español” que suele alinear como mucho a dos tres españoles, obtuvo el premio de un gol estúpido e injusto que le da un halo de esperanza para remontar. Pueden hacerlo e incluso, aunque no sea lo normal, cuajar un gran partido, ya que Mou no tendrá más cojones que dejarles jugar exactamente de la manera contraria a la que él impone. Además, meter tres goles o más a empentones está siempre al alcance de los de “la pegada”, y más cuando saben que tienen que intimidar a hostias a un equipo joven que la mueve mejor que ellos, pero que puede acojonarse al ver el Bernabéu rebosante de ronceros, y al árbitro con ese pito merengue que la UEFA ha impuesto en la competición… No obstante, el fútbol  es como un río, y si sigue su curso sin nadie que dinamite el cauce ilegalmente, lo normal es que el Dortmund reserve vuelo a Londres.

Por contra, el equipo idolatrado hasta por el propio Bayern, tras groseras torpezas en los fichajes, ha sido castigado por muchas enfermedades y lesiones, y por una sangría de jugadas raras y antirreglamentarias que ya se dieron en Milán y París. Algo huele a podrido en California. Al Barça no le han dado chance de salir con males menores de esas noches que ya su propia debilidad convierte en peligrosísimas. La Champions se ha puesto casi imposible… Pero el casi hay que dejarlo ahí cuando juega el Barça en una alfombra perfecta y sin “pseudocharcos a la muniquesa”. Porque, aunque los alemanes pueden aprovechar cualquier balonazo o córner y finiquitar más aún la faena, apuesto a que saldrán en Barcelona como todos, acumulando 8 o 9 tíos atrás y cerrando espacios. Y es en esas circunstancias cuando, si Messi (otro gol de play station en Bilbao), Xavi (enterrado por mucho "enterao") e Iniesta (el jugador de más talento del mundo tras Messi) están con los biorritmos en modo ON, como les dé por forzar a Neuer a recoger un par de pelotitas de la red antes del minuto 60, lo mismo le empiezan a entrar a Heynckes unos sudores fríos viendo por qué que sus jefes han preferido fichar a un tal Josep Guardiola: ¡Para jugar al estilo Barça!

Beckenbauer, vosotros y yo mismo, somos conscientes de que el Bayern debe estar en Wembley trayendo tal porrón de goles de ventaja. Incluso a nadie nos extrañaría que ganase en cualquier balón bajado del cielo barcelonés... Pero una cosa es ganar, y otra reclamar el trono del mejor equipo de la historia plantando un autobús made in Germany en el Camp Nou. Y es que en el fútbol, como en la vida, el "cómo" sí que importa... Es lo que te hace eterno o intrascendente... Opino.  

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